jueves, 27 de marzo de 2014

Los diez principios que debería seguir un asesor científico

Hace uso días recibí un documento publicado en Nature  (507: 163-165) titulado “Policy: The art of science advice to government” que puede traducirse como “Política: El arte de la asesoría científica para el gobierno”, escrito por  Peter Gluckman, quien es el jefe asesor científico en Nueva Zelanda, él ofrece sus diez principios para la construcción de la confianza, influencia, participación e independencia.

El documento es sumamente interesante, en él se desglosan los diez principios que deben regir dicha actividad, y que son los siguientes:

1.      Mantener la confianza de muchos.
2.      Proteger la independencia del consejo.
3.      Informe al mando superior.
4.      Distinguir la ciencia para la política de la política para la ciencia.
5.      La ciencia para informar en política, no para hacerla política.
6.      Privilegiar la ciencia como un insumo para hacer una mejor política.
7.      Reconocer los límites de la ciencia.
8.      Utilizar la ciencia de manera imparcial no para defender causas.
9.      Involucrar a la comunidad científica.
10.  Involucrar a la comunidad política.

¿Por qué se hace sumamente necesario considerar esos principios en el actuar de los asesores científicos en política?
La respuesta se encuentra en los grandes temas actuales de importancia en política pública, algunos ejemplos de interés general son:
La erradicación de especies invasoras en los ecosistemas; la contaminación por petróleo en alta mar; legalización de las drogas; calidad del agua; violencia familiar; obesidad; morbilidad en la adolescencia, suicidio; envejecimiento de la población; priorización de la educación en la primera infancia; reducción del efecto invernadero; sostenibilidad de las actividades productivas; cambio climático; conservación del suelo, entre otras.
En muchos de estos temas la gente toma posiciones con base en sus valores y experiencia más que con base en principios científicos ya que se reconoce que el conocimiento científico es complejo e incierto. Sin embargo, tanto los valores como la experiencia tienen su sesgo personal y de grupo, por lo que se antoja hablar de complementariedad.
Este texto me recordó un encuentro con la secretaria del medo ambiente del DF en la cual les presenté y di los resultados de un estudio sobre los metales pesados en la Ciudad de México. Durante la entrevista me preguntaron que si las concentraciones de metales pesados rebasaban las concentraciones recomendadas por la EPA (agencia del medio ambiente norteamericana), la respuesta fue que en la mayoría de los casos no. Los resultados del estudio revelan que el vanadio se encuentra en concentraciones altas de manera natural pero el plomo se encuentra en concentraciones altas por la contaminación; ambos metales son potencialmente tóxicos, causales de cáncer. Lo importante no es si rebasan la norma o no porque esos umbrales (valores de referencia) son seleccionados de manera arbitraria, cada país tiene umbrales diferentes en sus normas. Lo importante es que ambos metales se encuentran en concentraciones que pueden hacer daño a la población y en el caso del plomo es muy claro el aumento comparado con una muestras local no contaminada o no expuesta a la contaminación. 

Figura 1. Los casos de cáncer se encuentran al alza en el país y en el mundo

Por otro lado, a los gobernantes no les interesan los detalles de los estudios ellos desean información confiable y rápida para la toma de decisiones; información que no siempre está disponible. No es posible saltarse el diagnóstico de un problema para generar recomendaciones sobre dicho problema. Lo que sí es lamentable, es que cuando se identifica un problema y los responsables se acercan a los científicos a pedir consejo, estos en muchos casos en lugar de ofrecer recomendaciones de acción (diagnósticos rápidos, recomendaciones rápidas) terminan proponiendo proyectos de investigación de varios años de estudio. 
Tomar decisiones y posiciones con base en el conocimiento científico debe ser una prioridad; pero para ser escuchado de manera permanente en las altas esferas del poder es menester mantenerse cerca de los principios que nos comparte el profesor Glukman.
 Les agradeceremos sus comentarios, si les gustó la nota compártanla en sus redes

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