miércoles, 2 de diciembre de 2020

La diversidad de lombrices de tierra del neotrópico suramericano: Dr. Alexander Feijoo

1.¿Cómo te interesaste por primera vez en las ciencias del suelo?

 Por mis maestros, en mi pregrado desde primer semestre empecé a escuchar de la importancia del componente biológico de los suelos, que era poco abordado en las asignaturas y no se le brindaba ninguna importancia.

2.      ¿Quién o quienes te motivaron a estudiar las ciencias del suelo?

 Hubo tres personas que me motivaron y acompañaron durante el proceso de formación. Hoy todavía cuento con la compañía de uno de ellos, porque se encuentra en vida y es mi maestro incondicional.

 3.      ¿Quién o quienes te ayudado a formarte como edafólogo?

 Heimar Quintero Vargas, Mario Mejía Gutiérrez, Edgar Amézquita, Álvaro García, Patrick Lavelle.

 4.      ¿Cuál fue el reto más difícil de superar durante el doctorado? y ¿cómo lo superaste?

 El examen de candidatura porque duró dos días, el primer día siete horas y el segundo 10. Este fue un verdadero reto porque consistió en una evaluación integral en la que se preguntaba de forma oral y escrita todo lo que tuviera relación con suelos, especialmente de la región Andina colombiana.

 5.      Cuéntanos alguna anécdota sucedida durante tus estudios de doctorado.

 Una anécdota está relacionada con lo difícil que es muestrear en la Amazonía y Orinoquía colombiana, debido a los ácaros, si no te proteges con jabones de azufre, cremas y hasta insecticidas, te vuelven nada el cuerpo y te hacen pasar una mala temporada. Esto me sucedió en Carimagua, una región muy bella de la Orinoquia colombiana, que se caracteriza por la alta pluviosidad y temperatura; pues salimos a muestrear y nadie me informó del impacto de los ácaros. Durante el trabajo observé que nadie se sentaba en el suelo y que todos llevaban asientos para no exponerse al rigor de lo que había en el piso. Pues yo si me senté con toda confianza en el suelo y hasta me acosté, pues en la tarde, después de la jornada de trabajo, sufrí mucho con el escozor, las picaduras y el impacto que tener que soportar a los “coloraditos” (nombre común que les da a los ácaros para reconocerlos) dentro de mi piel. Lo peor de todo es que el problema sólo para luego de tres o cinco días. Igual sucede con los “aradores” en la Amazonía, pero la diferencia es que llegué preparado y con la experiencia aprendida.

 6.      ¿En qué tema edafológico estás pensando ahora?

 En seguir interpretando el papel que cumplen las comunidades humanas en la comprensión de cómo funcionan los agroecosistemas y de qué manera la mayoría de ellos contribuyen con la conservación de la biodiversidad de los suelos del neotrópico.

 7.      ¿Qué artículo reciente ha atrapado tu atención y por qué?

 En el caso de artículos no he tenido uno que me cautive, pues pienso que voy deambulando siempre en búsqueda de lo inesperado, pero si el libro titulado “El Elemento” de Ken Robinson. Se lee de la imaginación y creatividad que necesitaremos para transformarnos y enfrentar los nuevos retos.

8.      ¿Qué gran problema le gustaría abordar en los próximos 10 años?

 Comprender por qué los suelos brindan respuestas diferenciales con el manejo en ambientes similares.

 9.      ¿Cómo le gustaría que en el futuro fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?

 Con mucha pasión, no por dinero. Se debe transmitir con amor lo que tanto hemos trabajado y tratado de comprender.

 10.  ¿Quieres dar un mensaje a los jóvenes edafólogos latinoamericanos?

 Que valoren el conocimiento local de los agricultores, que no crean en la escuela como la única que maneja conocimiento, la que lo sabe todo. Que no se especialicen solo en el suelo, que comprendan los entornos, los ambientes, que traten de conocer e interpretar las cosas más simples, ellas les permitirán entender la complejidad. Que sean optimistas y siempre persistan en lo que crean, que lo construyan con mucha pasión y que despierten esa sensación en las personas que los rodean.

 Dr. Alexander Feijoo.

 Doctorado: Ciencias Agropecuarias 

https://www.researchgate.net/profile/Alexander_Feijoo


viernes, 27 de noviembre de 2020

Mas de 30 años estudiando las lombrices de tierra: Dr. Carlos Fragoso

 1. ¿Cómo te interesaste por primera vez en las ciencias del suelo?

Por mi interés en las lombrices de tierra, además de querer utilizarlas para mejorar la fertilidad del suelo

 2.      ¿Quién o quienes te motivaron a estudiar las ciencias del suelo?

El Maestro Nicolás Aguilera de la Facultad de Ciencias de la UNAM me impulsó mucho para que estudiara las lombrices. Pero el apoyo fundamental para estudiar estos organismos fue del Dr. Patrick Lavelle.

 3.      ¿Quién o quienes te ayudado a formarte como edafólogo?

No soy edafólogo, pero mi interés en el suelo definitivamente fue impulsado por el curso que tomé con el maestro Aguilera y posteriormente por haber llevado a cabo algunos análisis en su laboratorio.

 4.      ¿Cuál fue el reto más difícil de superar durante el doctorado? y ¿cómo lo superaste?

El examen en francés…En cuanto al trabajo, fue todo un reto colectar suelo para cada muestreo de lombrices y hacer los análisis correspondientes. Afortunadamente tuve apoyo del laboratorio de Suelos del INECOL.

 


5.      Cuéntanos alguna anécdota sucedida durante tus estudios de doctorado.

En una ocasión estaba colectando lombrices y suelo en una selva mediana del norte del estado de Veracruz en compañía de la Dra. Rojas, estudiosa de las hormigas. Estábamos a mitad de agosto y una pensaría que los moscos darían una tregua, pero no fue así. Era tal la cantidad de estos desesperados y hambrientos mosquitos, que ni el sudor por estar haciendo hoyos los alejaban. De modo que nos tuvimos que turnar entre la Dra. Rojas y yo para trabajar. Mientras uno colectaba los organismos de su grupo, el otro lo abanicaba y espantaba con esto a los malhadados chupasangres. Aun así salimos bien picoteados. Sin embargo valió la pena, pues los dos encontramos material muy valioso; en mi caso una especie nueva sumamente particular. 

 8. ¿En qué tema edafológico estás pensando ahora?

Realmente me he alejado en los últimos años de esta temática. Justo ahora estoy describiendo especies de lombrices de México que tengo en la colección desde hace años (varias de mi doctorado y de antes).



  7.      ¿Qué artículo reciente ha atrapado tu atención y por qué?

El problema de las invasiones de lombrices es otro tema que me interesa mucho. En ese sentido hay varios artículos recientes sobre esto que han llamado mi atención. Y parece ser que más que las variables edáficas, son las variables climáticas las que juegan un papel más importante en la modulación de estas invasiones.

 8.      ¿Qué gran problema le gustaría abordar en los próximos 10 años?

Son dos: 1) avanzar en el estudio de las especies exóticas de lombrices de tierra y los procesos que modulan su invasión y 2) Describir la mayor cantidad de especies de lombrices que pueda con objeto de determinar sus relaciones filogenéticas entre ellas y con la fauna de otras regiones. En este sentido el uso de marcadores moleculares es la herramienta más importante.

9. ¿Cómo le gustaría que en el futuro fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?

Definitivamente dándole un papel mucho más importante a la biota, y dejar de considerar al suelo como un sistema de soporte; visión manejada en muchas de las escuelas agronómicas. La fertilidad debe buscarse en el manejo sustentable, incorporando la biota de arriba y debajo.

 10.  ¿Quieres dar un mensaje a los jóvenes edafólogos latinoamericanos?

Queda mucho por hacer. El gran reto es lograr que un manejo sustentable de la agronomía produzca cosechas buenas (no perfectas), basándose en el manejo de la propia biota que habita en esta matriz particular.


Doctorado: En Ciencias dela Vida, Universidad de Paris 6, París, Francia.

https://www.researchgate.net/profile/Carlos_Fragoso

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Relato de mi experiencia tomando el VI Curso internacional de verano en edafología aplicada sobre suelos tropicales en México

Por Rosa Angélica Sánchez ENES, Morelia, UNAM. 

 El curso “VI curso internacional de verano en edafología aplicada sobre suelos tropicales de México”, realizado de manera virtual del 12 al 23 de octubre de 2020, con una duración de 90 horas. Me ha sido de gran utilidad ya que me ha acercado más al conocimiento de la edafología de esa región en específico (el trópico mexicano). El curso en general ha cumplido mis expectativas ya que su contenido lo percibo muy completo. Se abordaron temas micro y macro, es decir, hubo sesiones en las que nos hablaban de minerales que contienen los suelos, sus composiciones, comportamiento, tipos de enlaces y cómo son estudiados. Esto ultimo lo relaciono con el uso del microscopio electrónico de barrido, nos impartieron una cátedra de cómo se usa paso a paso. 


En la esfera macro de los temas tocados en el curso, incluyo la parte en la que se nos dieron charlas de Descripción de perfiles de suelo, Factores formadores del suelo, Cartografía de suelos, Edafología aplicada, y algunos temas de políticas públicas como contexto general para llegar a comprender la complejidad del uso del suelo en el territorio mexicano.
También conocimos algo de historia del uso del suelo en parte del área donde los mayas residen y residieron, así como temas actuales e importantes como la contaminación de ese recurso y de otros. La cereza en el pastel fue un juego de preguntas y respuestas a los asistentes del curso, pues ahí nos dimos cuenta de nuestras áreas de oportunidad en el estudio de la Edafología. También considero rescatable el hecho de que se haya hablado de la Edafología en el siglo XXI ya que nos siembra duda y nos motiva para saber por dónde hay que llegarle a la Edafología en la actualidad.

 

viernes, 9 de octubre de 2020

Huracanes, inundaciones, suelos y cosas peores: no todo es culpa de los dioses

Como cada año llega la temporada de huracanes, que no ciclones, ni tifones como los llaman en otras latitudes. Por el atlántico llegan los huracanes a América. Por cierto, Huracán es palabra maya que se encuentra en el libro de la creación del mundo maya “El Popol Vuh” (Dios del viento, del trueno, corazón del cielo). Entonces, el díos Huracán trae la lluvia abundante a la costa este de América continene, a la altura de entre centroamérica y el sur de Estados Unidos. 

En las tierras mayas, tanto las montañas como la parte baja, encontramos zonas kársticas con diversos tipos de clima, formas de relieve y una amplia diversidad edáfica y biológica. Dichas zonas kársticas, en su mayoría, son de muy rápida infiltración debido a una gran cantidad de grietas en las rocas solubles que le dan forma al territorio.


Entonces, ¿Cómo la lluvia se logra acumular en las tierras kársticas de la península de Yucatán ocasionado inundaciones? ¡ah bueno! Es que para que haya una inundación es necesaria la intervención del hombre, con una buena dosis de corrupción y/o ignorancia. Tenemos tres modalidades: 

a) El sellamiento de los suelos es una forma de propiciar una inundación, aun en suelos muy, pero muy permeables. Esto sucedió en Mérida Yucatán, han logrado lo que era muy difícil de conseguir: una inundación en los suelos muy permeables del norte de la península de Yucatán. 

b) En sur de la península de Yucatán el karst tiene depresiones, también llamadas ondonadas, kancabales que son las formas de relieve como una cuchara, allí y, solo allí, suele haber suelos rojos, profundos, donde el agua pasa lentamente a través del suelo. Cuando la lluvia es abudante esos suelos se pueden inundar.
c) En el sur de la PY también hay suelos donde el agua de lluvia inunda los terrenos siempre, casi con cualquier lluvia, los llaman en maya Yaax Kom, Ak’ al che’ (también llamados bajos inundables) y Chac k’an (también llamados sabanas) que los técnicos llaman Vertisols, Gleysols y Stagnosols.
Este conocimiento ya existe desde tiempos remotos, pues tienen nombres mayas, pero además esto se ha vuelto a dar a conocer de manera científica, tienen nombres técnicos. 

Por otro lado, la distancia entre la superficie del suelo y el acuífero va de menor a mayor de norte a sur en la ciudad de Mérida, estado y península de Yucatán, en la costa menos de 1 m de profundidad, al sur de la ciudad de Mérida a más de 10 m de profundidad. Cuando los huracanes llenan el acuífero este se eleva, esto lo conocen muy bien los cenoteros porque en época de huracanes dicen que los cenotes "Rebosan", es decir, se llenan de agua. En otras palabras, el nivel de acuífero sube en la época de lluvias y baja en la época de secas, así pasa todos los años, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, cuando la lluvia es abundante puede darse el caso de que el acuífero suba de manera muy rápida y entonces se presentanlas inundaciones por ascenso del acuífero.
Entonces tenemos tres tipos más tipos de razones de inundación, en resumen: a) Cuando se sella el suelo, es obvio. b) Cuando el suelo no es permeable, es obvio. c) Cuando el acuífero sube, parrece el más raro de los suscesos pero no, ya se conocía también.
Entonces, ¿Por qué hay desastres? Con esto quiero decir que las inundaciones en el karst de la península de Yucatán causan la pérdida de patrimonio por la nula planeación, por la especulación inmobiliaria, por la falta de regulación de uso del territorio y, principalmente, por la corrupción.

No todo es culpa del dios Huracán ni de Chac, el otro dios de la lluvia de las tierras bajas de los mayas. Los dioses no tienen la culpa. La responsabildiad es de las autoridades (municipales y estatales),  que permiten la construcción de infraestructura en zonas no aptas; de los ingenieros que las construyen; de los desarrolladores que las pagan; y de los incautos que las compran. Por cierto, construir más allá del periferico norte de Mérida será de alto riesgo, porque los huracanes no se detendrán y el cambio climático tampoco. 
¡He dicho! 
 Avisados están.

lunes, 27 de julio de 2020

La contaminación por metales pesados en el polvo de la ciudad en Chetumal, México

Por Francisco Bautista

El primer diagnóstico de concentraciones de metales pesados (Cd, Cr, Cu, Fe, Mn, Ni y Pb) presentes en Chetumal, México y su distribución espacial se realizó analizando 86 muestras de polvo urbano usando espectrofotometría de absorción atómica. 

La evaluación del alcance de la contaminación se realizó usando los Valores de la Norma Mexicana para Suelo Residencial (NMSR), el cálculo del factor de contaminación y el índice de carga contaminante.  

Los resultados mostraron concentraciones de metales pesados por debajo de las normas mexicanas, excepto para el cromo y plomo en unas pocas muestras.  Sin embargo, usando los índices de contaminación los límites para cromo, plomo y cobre se exceden en varias muestras

Con base en los valores de referencia de suelo residencial propuestos por el gobierno mexicano, se puede concluir que hay signos de fuentes aisladas de contaminación solo en polvo urbano; sin embargo, esta conclusión no es completamente representativa dada la falta de valores de referencia para el polvo urbano.

De acuerdo con Cortes et al (2016), si consideramos que "la contaminación ambiental es la presencia en el medio ambiente de cualquier agente en lugares, formas y concentraciones que pueden ser perjudiciales para la salud, la seguridad o el bienestar de la población", Podemos decir que en este estudio identificamos agentes nocivos, concentraciones, cantidades y lugares contaminados.

Considerando el factor de contaminación, Chetumal tiene problemas de contaminación con cobre, cromo y plomo, el sur de la ciudad es el área más contaminada.

El mapa del índice de carga contaminante muestra las áreas que requieren atención inmediata por parte de los tomadores de decisiones.

Zapata-Carbonell J.G., F. Bautista, J. Rendón-von Osten, L. del C. Lagunes-Espinoza, D. Palma-López, R. Cejudo, A. Goguichaichvili y Oscar Frausto. 2019. Geochemical characterization and spatial distribution of heavy metals from urban dust in Chetumal, Mexico. Ingeniería Investigación y Tecnología, 20(3):1-9. 

https://www.researchgate.net/publication/332567381_Geochemical_characterization_and_spatial_distribution_of_heavy_metals_from_urban_dust_in_Chetumal_Mexico


lunes, 20 de julio de 2020

Entrevistas a edafólogos mexicanos: Dra. Ma del Carmen Gutiérrez Castorena

Dra. Ma del Carmen Gutiérrez Castorena 

  1. ¿Cómo te interesaste por primera vez en las ciencias del suelo?
Cuando llevé el curso de Pedología en la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, no me llamó la atención; sin embargo, mi destino ya estaba marcado en esta hermosa disciplina. El Laboratorio de Suelos de la Universidad estaba requiriendo ayudantes, cuyo trabajo tendría valor de servicio social. Fui la primera estudiante que hizo la solicitud y el Ing. Gildardo Carmona me mandó llamar. Al principio solo lavaba cristalería, pero un día le planteé hacer experimentos para evaluar las deficiencias nutrimentales de las plantas. Eso hizo que me invitara a colaborar como ayudante y después como instructora de laboratorio. Cuando me gradué, me invitó a impartir sus materias de Pedología y Edafología General, su idea era formarme y en mi nació un profundo amor por la ciencia del Suelo.  
 
  1. ¿Quién o quienes te motivaron a estudiar las ciencias del suelo?
En las salidas al campo, durante mi licenciatura y después como docente, comenzó a llamarme la atención los cambios de vegetación y tipos de suelos en un gradiente altitudinal de Linares a Galena, Nuevo León, pero mi formación sobre la génesis del suelo era muy incipiente. El Ing. Carmona vio que tenía potencial como futura docente en la Facultad de Biología y me envió a estudiar la maestría en ciencias al Programa de Edafología, del Colegio de Postgraduado; sin embargo, lo convencí que estudiar Génesis de suelos estaba más relacionada con la carrera, en donde el suelo era parte de los ecosistemas.   
En 1985, una semana después del terremoto, hice mi solicitud al programa y   me asignaron como consejero al Dr. Heriberto Cuanalo de la Cerda y como asesores al M.C. Huberto Quiñonez y la Dra. Klaudia Oleschko. El maestro Quiñones, un profesor ya de edad avanzada, fue quien me enseñó Mineralogía, Geología y Geomorfología. Mi relación con él fue una agradable experiencia; grandes charlas y aventuras en nuestras salidas de campo. Me encantaba que me explicara la génesis de los Tepetates, materiales volcánicos; sin embargo, pronto nos dejó.  la Dra. Oleschko fue quien me introdujo al estudio de la Micromorfología de Suelos y se convirtió desde entonces en mi gran pasión!  Durante la maestría, pasaba muchísimas horas viendo secciones delgadas bajo el microscopio, ver los minerales, la materia orgánica, los agregados y me llenaba de muchas dudas y preguntas del por qué se repetían algunos rasgos y en otros suelos no se presentaban. Esta gran motivación del suelo a escala microscópica hizo que la Dra. Oleschko me contrata como su ayudante en el Postgrado de Edafología. En los 90s, ella invitaba a muchos científicos especialistas en suelos y tuvimos el honor de que nos visitara e impartiera cursos de micromorfología el Dr. Nicolas Federoff, profesor francés y coautor del manual para la descripción de secciones delgadas. En este libro participaban otros autores europeos como el Profesor Stoops. El Dr. Federoff nos regaló el libro y decidí traducirlo para comprenderlo mejor, acción académica que me abrió después las puertas con el Prof. Stoops.

  1. ¿Quién o quienes te ayudado a formarte como edafólogo?
El destino volvió a decidir mi ruta académica. En una visita de un alumno de mi esposo Carlos Alberto Ortiz Solorio, me comentó que estudiaba en la Universidad de Gante, Bélgica. Carlos buscaba una universidad para realizar un año sabático y pensó que era una buena oportunidad también para mí asistir a esa universidad, pues ahí trabajaba el Profesor George Stoops. Vivir en Bélgica fue una de mis mejores experiencias académicas, pues las clases de micromorfología y mineralogía con el Profesor Stoops eran fantásticas. Me resolvía todas mis dudas en una sola clase sobre los diferentes microcomponentes del suelo, específicamente los óxidos de Fe y los rasgos generados por los carbonatos de calcio. El profesor Stoops, no sólo es uno de los mejores científicos del mundo, sino también una excelente persona, por lo que tuve la fortuna y un gran privilegio que aceptara ser mi Profesor Consejero en mis estudios doctorales.
Una mención aparte es, el Dr. Carlos Alberto Ortiz Solorio, un excelente edafólogo mexicano, y quien también ha sido fundamental en mi formación académica.  Desde la maestría me enseñó a ser disciplinada y analizar sistemáticamente los datos de los perfiles de suelos; me mostró que la clasificación de suelos era muy fácil si comprendías los factores y procesos de formación de suelos. Él y yo hemos tenido muchísimas horas de salidas al campo, discusiones y análisis de datos y siempre me ha impulsado y motivado a crecer más como investigadora.  Considero que hemos hecho un buen equipo estudiando al suelo de manera multi-escalar.

 

4. ¿Cuál fue el reto más difícil de superar durante el doctorado? y ¿cómo lo superaste?

Fueron varios, pero me concentraré en tres. Cuando regresamos a México tras la estancia en Gante, Conacyt suspendió todos los apoyos para estudiar en el extranjero y sólo daban becas en el país.  El profesor Stoops aceptó continuar dirigiéndome, así que entré al Programa de Edafología del Colegio de Postgraduados. La propuesta era hacer un doctorado mixto, lo cual ya era posible pues con el correo electrónico, la comunicación se convirtió en algo muy rápido e inmediato. Mi investigación fue sobre los suelos del ex-lago de Texcoco; inicié con las acumulaciones de carbonatos y los rasgos que se forman en las antiguas playas, y terminé con los materiales amorfos silíceos, un tema que me apasionó muchísimo pues a través de una hasta literatura descubrí que era un sedimento único en el mundo. Además, me permitió comprender el porqué de los hundimientos de la ciudad de México y comenzar a alertar del impacto ambiental de destruirlo y de lo peligroso que era drenarlo por completo si se construía ahí en nuevo aeropuerto. Mi tesis cristalizó con cinco publicaciones científicas, las más importantes en las revistas Catena y Geoderma.
Otro más de índole laboral fue que a otro compañero y a mí nos rescindieron nuestros contratos, y nos obligaron a renunciar a la beca del Sistema Nacional de Investigadores. Al final me quedé sin remuneraciones económicas, pero me obligó a acelerar aún más mi formación académica y logré terminar mis estudios doctorales en 2 años 10 meses.
El otro problema fueron mis intensas migrañas que me daban tres días por semana y que me limitaban en cierta manera en concentrarme hasta en cuestiones básicas. Recuerdo que el Dr. Jorge Etchevers, profesor de Edafología del CP, me preguntó en una plática informal sobre una disolución y no pude responderle. ¡Me dio tanta pena! Mi problema de salud duró al menos 10 años, pero al final descubrieron que se debían a alergias y fue un gran alivio.   

 

5. Cuéntanos alguna anécdota sucedida durante tus estudios de doctorado.

Como señalé, hice un doctorado mixto de tal forma que la investigación la realizaría en México y todos los análisis de laboratorio en la Universidad de Gante. Cuando regrese a Bélgica, con 30 años de edad, era la única casada en el “home” y con hijas, de cuatro y cinco años de edad.
La separación de mi familia fue durísima para mí y lo que menos quería era estar en mi cuarto, así que pasaban el mayor tiempo en la Universidad.
En las tardes, cuando prácticamente el departamento estaba sólo, en el cubículo de enfrente trabajaba un profesor ya grande, que tenía una fuerte tos y prácticamente se ahogaba todas las tardes, por lo que sentía que se iba a morir. Aunque, le llevaba té o agua nunca o le abría las puerteas del instituto pues eran muy pesadas, nunca me dio las gracias o me dijo buenas tardes.  Mucho tiempo después supe que este profesor era un edafólogo muy famoso de origen judío, pero su hostilidad hacia conmigo era que creía que yo era palestina.  ¡Fue una lástima, no tener intercambios académicos con él! 

 

  1. ¿En qué tema edafológico estás pensando ahora?

Siempre he sido muy inquieta e hiperactiva pues suelo analizar varios temas a la vez. Ahora estoy trabajando en micro cartografía de secciones delgadas, utilizando sistemas de información geográfica, suelos afectado por incendios forestales y suelos de zonas áridas.

 

7. ¿Qué artículo reciente ha atrapado tu atención y por qué?

Hay muchos que me encantan y los puedo leer y releer. Los temas son también variados, pero siempre relacionados con suelos. Me atrapa mucho estudiar a los agregados del suelo de los diferentes tipos de suelos y es mi tema favorito en mis clases de Edafología, así que todos los artículos que salen sobre este tema, son rápidamente consultados y analizados.

  1. ¿Qué gran problema le gustaría abordar en los próximos 10 años?
Creo que continuaré trabajando en micro cartografía de secciones delgadas, pues considero que todavía hay muchos fenómenos que ocurren a nivel de micro escala que no comprendemos. Específicamente, me refiero a la distribución in situ de las bacterias y su relación con otros componentes y agregados del suelo. Es increíble ver millones de bacterias desarrollándose en las rocas sedimentarias y en los poros vesículas de la escoria volcánica, sin absolutamente nada de humedad.  Es una nueva área que nos permitirá conocer el origen de la vida y si los microorganismos pueden viajan como polizones en los meteoritos.
 
    9. ¿Cómo le gustaría que en el futuro fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?                                               
    Ojalá que en un futuro inmediato tengamos más presupuesto para salidas al campo, y tengamos la oportunidad de mostrar toda la edafodiversidad que hay en nuestro país. Además, es muy importante tener más contacto con productores, e intercambios académicos con otras universidades. 
Pese a los pocos recursos con que los investigadores contamos, considero que algo hemos estado haciendo bien, pues he visto con gran beneplácito, el incremento de jóvenes edafólogos formados en muchas universidades e institutos de investigación de nuestro país. Nuestros jóvenes son ahora mucho más prácticos y proactivos que nosotros y están participando de manera entusiasta en foros nacionales e internacionales y considero que tendrán en un futuro cercano un mayor impacto en las políticas públicas que nosotros. 

 

  1. ¿Quieres dar un mensaje a los jóvenes edafólogos latinoamericanos?
El cambio climático afectará a los suelos como producto de nuestras actividades, por lo que tenemos que plantear y cambiar el paradigma de su estudio, y dejar de estar atentando contra toda la vida del planeta. Sin suelos de calidad no tendremos alimentos, fibras para vestirnos, generación de nuevos antibióticos etc., así que tenemos que interactuar aún más con las otras disciplinas como la biología, ecología, geología, hidrología, antropología, agronomía, etcétera. Con estas interacciones se les se abre a nuestros jóvenes un abanico de oportunidades, en donde pueden laborar de manera interdisciplinaria, no sólo generando conocimiento en los principales centros de estudio, sino también aplicándolo y realizar innovaciones tecnológicas. Producir alimentos sin degradar el ambiente es el gran reto y considero que están a la altura para enfrentar este nuevo paradigma.  Ellos harán un planeta mejor para todas las especies que en el habitamos, sobre todo ahora que la pandemia del covid  2, puso a la humanidad en su lugar y le recordó que somos una especie tan vulnerable como el resto de los organismos. Estoy segura que ellos podrán conservar y rehabilitar a nuestros sistemas naturales.    

 


Licenciatura: Facultad de Biología, Universidad Autónoma de Nuevo León

Maestría: Programa de Edafología, Colegio de Postgraduados

Doctorado: Programa de Edafología, Colegio de Postgraduados


sábado, 4 de julio de 2020

Entrevistas a edafólogos mexicanos: Dr. Joel Zavala Cruz

 

Dr. Joel Zavala Cruz

  1.    ¿Cómo te interesaste por primera vez en las ciencias del suelo?

En un curso sobre evaluación de tierras con el Dr. Carlos Ortiz Solorio, en el Colegio de Postgraduados, Universidad Autónoma de Chapingo, en 1983.

 2.                  ¿Quién o quienes te motivaron a estudiar las ciencias del suelo?

El Dr. Carlos Ortíz Solorio en un curso sobre clases de tierras campesinas y el Dr. Heriberto Cuanalo de La Cerda en un curso sobre levantamiento de suelos, en el Campus Tabasco. También el Dr. David J. Palma López como coordinador del programa de optimización y uso del suelo en el mismo Campus.

3.                  ¿Quién o quienes te ayudado a formarte como edafólogo?

Primero el Dr. Mario Ortiz Pérez quien me asesoró la tesis sobre geomorfología fluvial, en la licenciatura. Luego el Dr. Carlos Ortiz Solorio como profesor consejero en la maestría en ciencias, en mi tesis sobre cambios de uso en tierras campesinas en una planicie fluvial de Tabasco, en el Colegio de Postgraduados.

 4.                  ¿Cuál fue el reto más difícil de superar durante el doctorado? y ¿cómo lo superaste?

Una fase complicada fue durante los cursos de métodos estadísticos; salí adelante estudiando y haciendo los ejercicios y tareas a conciencia. Pero lo más difícil fue superar una depresión personal que limitó mi capacidad de trabajo casi medio año; lo logré con una terapia en la Facultad de Psicología de la UNAM.

 5.                  Cuéntanos alguna anécdota sucedida durante tus estudios de doctorado.

Dos fines de año trabajé en el laboratorio de microbiología durante las fiestas decembrinas, 12 horas/día, durante 15 días consecutivos. Un día al desinfectar la campana de flujo laminar, accidentalmente se regó alcohol en la mesa de cultivo y cayó al piso, el alcohol agarró fuego dado que había un mechero encendido, y también se se propagó al piso. Se levantó una llama de medio metro y pensé que se iba a quemar el laboratorio si llegaba a áreas de reactivos. Afortunadamente el fuego consumió el alcohol y se apagó pronto. Sude la gota gorda, estaba solo y nadie se dio cuenta del suceso.

 6.         ¿En qué tema edafológico estás pensando ahora?

Estoy aplicando el enfoque geopedológico en un levantamiento detallado de una zona agrícola tropical con suelos en proceso de degradación química y física, con la colaboración de un alumno de doctorado. También, en la evaluación del efecto de cambio de uso agrícola en la calidad de los suelos en una región tropical, con otro alumno de doctorado.

 7.         ¿Qué artículo reciente ha atrapado tu atención y por qué?

Un artículo sobre levantamiento de suelos a escala semidetallada con aplicación de una clasificación australiana, para evaluar tierras de uso agrícola intensivo, tomando en cuenta criterios de sustentabilidad para evitar degradación ambiental y social..

 8. ¿Qué gran problema le gustaría abordar en los próximos 10 años?

Coadyuvar a revertir la degradación de suelos mediante la generación de cartografía semidetallada y la base de datos físicos y químicos de perfiles de suelos, en estados del Sureste de México, para facilitar la evaluación de tierras y la planificación de usos agropecuarios y forestales con bases sustentables.

 9. ¿Cómo le gustaría que en el futuro fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?

Mediante la comprensión de teoría y aplicación de la práctica, en laboratorio y campo, abordando problemas regionales y proponiendo soluciones, con trabajo en equipos interdisciplinarios. Para ello se requerirá fortalecer los métodos de trabajo en equipo, los métodos de enseñanza aprendizaje presenciales y en línea, y las capacidades para la escritura y difusión del conocimiento a través de artículos científicos..

10. ¿Quieres dar un mensaje a los jóvenes edafólogos latinoamericanos?

Desarrollar con dedicación y perseverancia las capacidades en una disciplina acorde a la vocación de la persona. Esto permitirá desarrollar un proyecto de vida con un trabajo que genere beneficios a la sociedad y felicidad personal.

 

Licenciatura: En Geografía, UNAM

Maestría: En Ciencias, Departamento de Edafología, Colegio de Postgraduados

Doctorado: En Ciencias, Instituto de Recursos Naturales, Colegio de Postgraduados

Redes sociales y académicas: AMEK

 


jueves, 25 de junio de 2020

Me enamoré del suelo: Dra. Margarita E. Gutiérrez Ruiz

Dra. Margarita E. Gutiérrez Ruiz.

Cuando una persona nos atrae generalmente es por su aspecto y también por lo que dice y hace. Con el tiempo, podemos conocer su interior que hace surgir “la química”, que puede terminar en un enamoramiento. Análogamente el suelo se volvió mi tema de estudio. El amor por él empezó de pequeña, me encantaba hacer loditos y me preguntaba porqué se podía lograr algo tan brillante maleable y que podía ser utilizado como arma para las luchas entre niños. Observé que no todos los suelos servían algunos eran arenosos. Además, en mi Ciudad, Oaxaca había muchos alfareros y me fascinó ver como hacían con barro ollas, jarrones, etc. y todavía más ver como las plántulas de frijoles germinados en algodón morían si no se trasplantaban al suelo, pero al hacerlo crecían y se volvían plantas adultas. Adicionalmente, cuando salía a la carretera veía como había suelos de diferente color: rojos, amarillos, blanquizcos y casi negros. Los paisajes eran encantadores y yo le pedía a mi mamá que los colectara pera que se utilizaran en Navidad para el nacimiento. Además, fue fuente de muchas preguntas ¿porqué eran maleables cuando se mojaban y brillaban? ¿porqué tenían diferentes colores? Me volví una preguntona y decidí ser científica, estudié química en la UNAM.

 

Me alejé muchos años de cualquier tema relacionado con el suelo, pero el destino me volvió a acercar, pues empecé a trabajar en temas de contaminación por residuos industriales y municipales, y me di cuenta que el aire se podía limpiar, el agua también pero el suelo era el depósito final y se le dañaba seriamente, pues perdía sus valiosas e importantes funciones ambientales (retención del agua y purificación, insolubilización/degradación de contaminantes, alimentación de plantas y fauna edáfica, y protección del subsuelo). Pero a pesar de todos estos beneficios no lo valoramos. Cuando lo contaminamos, en el mejor de los casos, solamente se le remueve y confina, perdiéndose para siempre.

 Observé que a diferencia del agua y del aire, su composición es muy variable, y no pueden fácilmente desarrollarse soluciones generales. Me pregunté como había sido posible haber destruido los suelos más fértiles de los valles cubriéndolos con edificaciones, o haber contaminado la zona agrícola más productiva y que conforma un ejemplo de sustentabilidad mundial como lo es Xochimilco, o haber desecado el lago de Texcoco dejando al descubierto sedimentos que ha formado suelos salino-sódicos-alcalinos que con toda ignorancia se creen aptos para construir sobre ellos. Cada día, emisiones industriales contaminan y salinizan amplias zonas de suelo, las técnicas agrícolas mal manejadas los hiper-fertilizan y se contaminan con elementos potencialmente tóxicos y compuestos orgánicos no biodegradables..

 

Al buscar soluciones para estudios de caso, tuve que entender lo que pasaba en los suelos contaminados, cambié mi visión del suelo restringida a sus propiedades físicas posibles de ser observadas a simple vista, a estudiar los procesos químicos que las explicaban. Mi formación la logré leyendo y estudiando, aprovechando las fuertes bases en química y físico-química, especialmente en termodinámica; apoyándome con el contacto de investigadores, inclusive hice una estancia en Reading en Inglaterra.  Formé al primer grupo de biogeoquímica ambiental e implementé un laboratorio en el que he podido formar alumnos de los cuales me siento muy orgullosa, ya que me superaron, por ejemplo, Francisco Bautista, Mario Villalobos, Laura Ortiz y muchos más. 

 

Junto con todos mis alumnos y colaboradores hemos podido recuperar grandes áreas de suelos contaminados, evitando hasta donde es posible su remoción y confinamiento, y en cambio buscando métodos para conservarlo con diversos métodos, pero especialmente mediante, la estabilización química que busca la formación de compuestos insolubles termodinámicamente estables bajo condiciones extremas ambientales y/o la transformación de los contaminantes orgánicos en formas no tóxicas.

Puedo decir que después de 45 años en la UNAM, el suelo ha sido el piso de mi vida. Espero que muchas mujeres les pasé lo mismo, que se enamoren como yo de él, y lo seleccionen como tema de estudio, ayudando a protegerlo, e indirectamente también al agua, aire y a todo ser viviente. Les auguro diversión y emoción en su trabajo, y éxito y felicidad profesional.