viernes, 1 de agosto de 2025

En la ciencia del suelo la forma es fondo: habla bien aprender más y mejor

 Bautista F. 2025. En la ciencia del suelo la forma es fondo: habla bien para aprender más y mejor. Voces del suelo, agricultura y medioambiente, 3(2): 109-112.

En los dos últimos congresos de las ciencias del suelo en México, si, en plural, me he percatado del lenguaje corriente y erróneo usado por los mismos congresistas, lo cual me ha motivado a escribir este texto, palabras o frases, como “hice un perfil de suelo”, “evalué un suelo”, “clasifiqué un perfil de suelo”, “el suelo vertisol”, “capa arable cuando se habla de árboles con raíces más allá de los 30 cm de profundidad”, “suelero” y “bichos”, entre otras. Antes de explicar los errores en las palabras y frases, haré algunas observaciones sobre la relación entre lenguaje y conocimiento.  

El lenguaje es un elemento de la cognición y sirve para afianzar el conocimiento. Se explica que un individuo ha aprendido cuando sabe dar razones de lo que conoce. Por un lado, la palabra es el vehículo que transmite el pensamiento y, por otro lado, no podemos pensar sin lenguaje. El emisor debe hacer un buen uso del lenguaje para que su mensaje sea comprendido por los receptores (Figura 1).

Figura 1. Profesor enseñando a sus alumnos usando un lenguaje apropiado

A través del dominio del lenguaje el hombre se adentra al mundo para conocerlo, entenderlo y, en consecuencia, comprenderse a sí mismo. El lenguaje no está aislado del conocimiento, un buen manejo del lenguaje propicia un conocimiento mayor y más complejo. Un mayor conocimiento también genera un uso correcto del lenguaje, el mejoramiento de ambos genera profesionales más calificados. Es por esa razón que en las ciencias y, particularmente en la ciencia del suelo, se debe insistir en el uso correcto del lenguaje.

Los errores al hablar

El perfil del suelo es un corte vertical desde la superficie hasta la roca madre de manera que podemos observar su morfología, sus horizontes y analizar sus propiedades. La naturaleza, los factores formadores del suelo y el manejo agrícola propician los procesos que dan origen a los suelos, a su morfología. Los científicos y estudiantes del suelo hacemos en campo una calicata, el hoyo, el pozo pedológico, es decir, el hombre no hace el perfil del suelo (Figura 2). El perfil del suelo es analizado en campo por estudiantes y profesionales, a esa actividad se le denomina descripción del perfil del suelo.

 En México, país con grandes sierras en los cuatro puntos cardinales, donde las placas de las rocas chocan, hay muchos casos en los que las rocas quedan inclinadas o verticales (los geólogos los llaman anticlinales), los suelos que se forman en esas rocas heredan la inclinación o verticalidad, entonces las capas o horizontes del suelo no siempre son horizontales, los podemos tener en diagonal y en algunos casos extremos en vertical. ¿Cómo les llamaríamos entonces? ¿Vertizontes? ¿Diagonalzontes? Preguntas que dejaremos para la reflexión porque aún no hay nombres científicos para estas situaciones.

Existen varios grupos de científicos creadores de la clasificación de suelos, los más destacados son los de Norteamérica con su famoso esquema de clasificación llamado “Soil taxonomy” y los europeos con la “Base de referencia del recurso suelo” más conocida como WRB (World Reference Base).  La palabra clasificación proviene del latín classis (“clase”) y facere (“hacer”), por lo que puede entenderse como “hacer clases”, o sea, establecer los grupos u ordenes distintos de objetos, suelos en nuestro caso. La taxonomía de suelos, su nombre proviene de los vocablos griegos táxis (“ordenamiento”) y nomos (“norma, saber”), es la ciencia de la clasificación de suelos que practican los expertos, esos que diseñan un esquema clasificatorio, que proponen o crean los grupos de referencia (WRB) o los órdenes de suelos (Soil Taxonomy). Un taxónomo de suelos es un profesional que se dedica a la ciencia de la clasificación y nomenclatura de los suelos, así como también existen los biólogos que son taxónomos de plantas, animales, hongos, bacterias y virus. En el caso de la ciencia del suelo, la taxonomía incluye la clasificación más el otorgamiento de un nombre. Es por esta diferencia sutil que una cosa es clasificar y nombrar y otra solo nombrar los suelos, por lo que la mayoría de las veces nombramos los suelos, no los clasificamos. El capítulo 2 de la WRB (2022) se titula “las reglas para nombrar los suelos y crear las leyendas para los mapas de suelo”.

Ya que les hemos dado nombre a los suelos estudiados, con ello viene el entendimiento de su morfología para deducir los procesos de formación del suelo y su función. Este conocimiento es importantísimo; sin embargo, el conocimiento de los procesos edáficos es semicuantitativo, pero como es solo un punto en el espacio, en el terreno, es insuficiente para el manejo porque falta conocer la extensión, la superficie.

Los nombres de suelos son nombres propios y esta es la razón por la cual se escribe la primera letra de la palabra con mayúscula, Leptosol, Vertisol, Andosol entre otros. Los nombres de los suelos son palabras compuestas de dos o más términos, así como las palabras de uso común, como girasol, piedemonte, hierbabuena. En el caso de los suelos, Lepto se refiere al escaso espesor, sol significa suelo, ambas palabras dan origen al termino Leptosol cuyo significado es suelo somero. Verti se refiere a vertere que se revuelve, sol significa suelo y ambas palabras dan origen al nombre Vertisol que significa suelo que se autoinvierte. Andosol es suelo obscuro, Cambisol es suelo que cambia, entre otros, por esta razón es cacofónico y erróneo decir suelo Vertisol, suelo Leptosol, suelo Andosol, etc.  

Con respecto a la persona que estudia el suelo hay un poco de controversia, algunos se llaman pedólogos (la escuela europea más orientada a la génesis, clasificación y geografía de suelos), otros edafólogos (los hablantes del castellano más orientados al manejo agrícola), los angloparlantes se dicen “científicos del suelo” donde junan todo y los nuevos edafólogos que hacen uso de la tecnología se autodenominan pedometricians o “medidores de suelos” (claro, viene de Europa) (Figura 3). En México coloquialmente se les llama, y se hacen llamar, “sueleros”, algo así como trabajadores artesanales del suelo que no llegan a ser científicos, esa situación no da ninguna aportación, ningún aprendizaje. Del mismo modo como los biólogos les llaman “bichos” (animal pequeño según la RAE) a los organismos, esto es, al menos inexacto.

Por otra parte, los estudios en maceta no investigan sobre la fertilidad del Luvisol, ni del Gleysol porque al sacar un poco de tierra fina de la superficie del suelo no están usando el perfil del suelo que ha sido nombrado como Gleysol o Luvisol. Lo más propio, es decir, estudié el horizonte A de un Luvisol o un horizonte A de un Gleysol o de otro suelo. El nombre técnico del suelo hace referencia a la morfología del perfil de manera que al sacar una muestra superficial de cualquier suelo ya no tiene caso usar el nombre del perfil del suelo, en todo caso mencionar el horizonte de dicho perfil. Por otro lado, hablar de capa arable cuando el cultivo es de árboles no es preciso, las raíces de los árboles pueden alcanzar metros de longitud y de profundidad, por lo que llamarle capa arable al suelo donde se cultiva un árbol es inexacto.

 

domingo, 25 de mayo de 2025

Prefacio del libro "aprender a vivir en los ecosistemas kársticos: Falacias ambientales, oportunidades, peligros y riesgos en el siglo XXI en la península de Yucatán"

 

PREFACIO

Hace ya casi 20 años me surgió la necesidad de decir lo que pienso sobre los problemas ambientales, era y soy biólogo de profesión y con gran interés en la geografía de manera que entiendo el funcionamiento de los ecosistemas en su contexto social.

Antes había sido profesor en la licenciatura en Biología de la UADY, lugar donde impartía clase sobre la ciencia del suelo y sobre la elaboración de manifestaciones de impacto ambiental.


Para el 2012 decidí hacer un blog personal titulado “Suelos, ambiente y algo más” acompañado de un canal de Youtube, en ambos sitios escribía y decía mis opiniones sobre los conflictos ambientales en general, cinco años después escribí mi primer libro de divulgación con el mismo título del blog y del canal de vídeos. Siete años después estoy publicando el segundo libro de divulgación, con la diferencia que ahora le he titulado “Aprender a vivir en los ecosistemas karsticos”, con la idea de enseñar y divulgar lo que he aprendido sobre el funcionamiento de estos extraordinarios y particulares ecosistemas kársticos de la península de Yucatán.

Comencé por contrargumentar los mitos sobre el territorio, hay mucha agua, el agua es de buena calidad, no hay suelo, la península es plana, se vive muy bien, entre otros. 

La cantidad de los textos que he escrito sobre los ecosistemas kársticos han ido aumentando en la medida del aumento de la crisis ambiental local, de manera que son más de 400 notas de blog y más de 280 vídeos.

Las falacias, las mentiras, el cambio climático, el desarrollo pecuario, el desarrollo inmobiliario, el desarrollo industrial y turístico dan “mucha tela que cortar”, aunado a la gobernanza donde se comenten muchas pifias ya sea por ignorancia, corrupción, ingenuidad o todo junto. Por los comentarios, actitudes o juicios de expertos que en realidad no lo son, pero que se piensan como tales.

También, querido lector, en este texto encontrará opiniones y recomendaciones para manejar mejor los ecosistemas kársticos, no me quedo en la crítica, pasamos a las recomendaciones, al bien hacer, tanto para las autoridades estatales y municipales, como para productores pecuarios, agrícolas, industriales y población en general, todos debemos aprender a vivir sustentablemente en los ecosistemas kársticos peninsulares.

domingo, 13 de abril de 2025

La transición de estudiante a profesional: ¿Por qué no siempre salen bien las cosas?

Por mi laboratorio (que no es mío, solo trabajo allí) han pasado muchos alumnos de todos los niveles y la mayoría de los cambios de alumno a profesional pasan de un buen alumno a un buen profesional, sin embargo, hay excepciones en los dos sentidos, buenos alumnos a profesionales no tan buenos y de alumnos no tan buenos a muy buenos profesionales.

¿Por qué sucede esto? 

No todo está al rededor del conocimiento, hay actitudes que te llevan lejos y otras que te detienen o que hacen el camino más largo. El camino fácil es culpar al "jefe" o a la "jefa" del laboratorio, o a sus asistentes, y puede ser que dichos personajes influyan en el desempeño de los estudiantes y profesionales, pero también hay responsabilidades por parte de los alumnos.

Si le preguntamos a la inteligencia artificial  las cualidades de un buen estudiante el resultado es el siguiente:

  1. Curiosidad: Tener un deseo genuino de aprender, hacer preguntas y explorar más allá de lo que se enseña en clase.
  2. Disciplina: Administrar el tiempo de manera efectiva, cumplir con sus responsabilidades y mantener el enfoque en sus metas académicas.
  3. Motivación intrínseca: Aprender no solo por obtener buenas notas, sino por el deseo de crecer personal y profesionalmente.
  4. Resiliencia: Ser capaz de enfrentarse a los fracasos o retos académicos con una mentalidad positiva, buscando aprender de ellos.
  5. Habilidades de organización: Mantener un sistema claro para tomar notas, planificar tareas y cumplir con plazos.
  6. Colaboración: Trabajar bien en equipo, compartir ideas y aprender de sus compañeros.
  7. Pensamiento crítico: Analizar información, cuestionar supuestos y formar conclusiones bien fundamentadas.
  8. Autonomía: Tomar la iniciativa para estudiar y buscar información por cuenta propia, sin depender únicamente del maestro.
  9. Capacidad para gestionar el estrés: Mantener el equilibrio entre las exigencias académicas y la vida personal para evitar el agotamiento.
  10. Actitud receptiva: Estar abierto a recibir críticas constructivas y usar ese feedback para mejorar.

De la misma manera, la inteligencia artificial nos puede dar las diez características de los Trabajadores/profesionales exitosos.

  1. Responsabilidad: Cumplir con las tareas asignadas de manera puntual y eficiente es esencial.
  2. Proactividad: Buscar oportunidades para mejorar procesos, resolver problemas sin esperar indicaciones y proponer nuevas ideas.
  3. Trabajo en equipo: Colaborar eficazmente con otros, respetar las ideas ajenas y comunicarse de manera clara.
  4. Adaptabilidad: Ser capaz de ajustarse a los cambios en el entorno laboral y afrontar nuevos retos con flexibilidad.
  5. Ética laboral: Mostrar integridad, honestidad y compromiso con los objetivos de la empresa.
  6. Capacidad de aprendizaje: Mantener una actitud abierta para adquirir nuevos conocimientos y habilidades, especialmente en un mundo laboral que evoluciona constantemente.
  7. Resolución de problemas: Pensar críticamente y encontrar soluciones prácticas y creativas para los desafíos que surgen.
  8. Comunicación eficaz: Ser claro y conciso al compartir ideas o expresar necesidades, ya sea de manera verbal o escrita.
  9. Organización y gestión del tiempo: Saber priorizar tareas y utilizar el tiempo de manera productiva.
  10. Pasión y entusiasmo: Mostrar energía positiva hacia el trabajo, lo cual no solo aumenta la productividad, sino que también impacta positivamente en el equipo.

He señalado con letras Bold o "negritas" las características parecidas o relacionadas, las que no se señalaron en el caso de los trabajadores/profesionales, son las que deberán adquirir los alumnos que están en ese proceso de cambio. 

La responsabilidad, adaptabilidad, ética laboral, resolución de problemas y la comunicación eficaz no son materias que los alumnos cursen en sus planes de estudio, ni es algo que los profesores enseñen en el aula, es algo que se aprende desde el hogar o con el paso del tiempo en el lugar de trabajo. El jefe o jefa o líder o coordinador del laboratorio (los que laboren en esos sitios) serán los que deberán impulsar esas actitudes en sus colaboradores. Por el contrario, los "colaboradores" deberán adquirir dichas actitudes pronto, para que las cosas les vayan bien en el trabajo.

Existen otros aspectos  importantes a tomar en cuenta, por ejemplo, la "diversidad generacional" esto significa que un lugar de trabajo (el laboratorio del ejemplo) hay "Baby boomers" (1946-1964), "Generación X" (1965-1982), "Millennials" (1983-2000), y "Generación Z" (a partir del 2000). Esto puede ser una gran ventaja en un entorno de comunicación efectiva y entendimiento de las necesidades del trabajo, pero también puede no ser bueno para la productividad del grupo sino hay entendimiento intergeneracional. Las ventajas de la diversidad generacional en el trabajo serían: una amplia gama de habilidades y conocimientos, se favorece la innovación y la creatividad, se propicia una adaptación a los cambios, se mejora la calidad de los productos y se generan productos en un menor tiempo. Esta es mi experiencia en el trabajo científico y coordinando un laboratorio, pero pueden ser otras ventajas en otro entorno.
El trabajo intergeneracional en los equpos de investigación

Algunos ejemplos de las ventajas de la diversidad generacional que observo en los equipos de investigación son:  "Baby boomers" son los que están al día en los temas de investigación, son los que consiguen el financiamiento, son los que capacitan a la "Generación X" en la escritura de los artículos y proyectos, y son los que consiguen que el equipo se inserte en redes de colaboración nacional e internacional, algunos llegar a crear líneas de investigación y promover la creación de nuevos laboratorios e incluso centros de investigación. La "Generación X" aporta conocimiento, experiencia en el hacer al interior del laboratorio, comienzan a tomar el liderazgo que les está por llegar, ya escriben sus papers y son campeones generado y analizando datos, son los encargados de salir al campo, y además capacitan a las generaciones que les siguen. Los "Millennials" aportan la energía al equipo de trabajo, junto con la "Generación X" se encargan del uso de los nuevos equipos, del nuevo software, de los nuevos sensores, así como también de la innovación/mejoramiento de técnicas y procesos, son los encargados de hacer las cosas, de generar datos e información. También son el enlace con la "Geneación Z", son sus maestros de clase y de laboratorio. La "Generación Z" está aún en proceso de capacitación su aporte principal es la energía y sus habilidades digitales para aprender y para hacer. 

En el caso particular del laboratorio en el que trabajo, ya dije que no es mío, hacemos la cadenita intergeneracional, los "Baby boomer" tratan principalmente con la "Generación X" y los "Millennials"; son los que tiene la claridad en la misión y visión del equipo de tabajo; son los de mayor experiencia y los de contacto con el mundo; generalmente son los autores para correspondencia en el artículo, consiguen financiamiento, cohesionan y dirigen al equipo, son los líderes.

Los de la "Generación X" capacitan a "Millennials" y "Generación Z", se encargan del orden en el equipo de trabajo, estan pendientes de que las cosas sucedan para bien, saben como funciona todo y saben operar y usar los equipos de análisis "tradicionales", incluso los reparan. 

Los "Millennials" manejan las nuevas técnicas, son generadores de tecnología para hacer más, mejor y a menor costo, son los que han terminado sus posgrados recientemente, que se mueven en los dos mundos, lo tradicional y lo nuevo y, por lo tanto, son el enlace intergeneracional entre los de mayor edad y la "Generación Z", comienzan a dar clases y a escribir proyectos, se capacitan para tomar los puestos de las generaciones que les anteceden y se nutren de ellos, comienzan a ser tutores de las nuevas generaciones. 

La "Generación Z" son la energía del equipo, van y vienen haciendo de todo, son forzados a aprender rápido de varios temas científicos a la vez, así como de procesos administrativos que no les gustan, pero que hay que hacer. El trabajo en el campo y en el laboratorio es presencial, sufren por ello con los horarios y con las juntas de trabajo, quisieran más trabajo remoto, pero eso no siempre es posible, luchan por su adaptación al mundo laboral donde no todo les gusta, ya que se les instruye por muchas vías a hacer solo lo que "aman", a seguir su sueño, lo que no les dicen es que al seguir su sueño encontraran cosa que obligatoriamente deberan hacer. La Generación Z anhela un trabajo con flexibilidad de horario, virtual y presencial, así como una alineación con sus valores personales, pero lo que obtiene son bajos salarios y mucho trabajo, esa es la realidad. Algo que no se dice es que en la academia los salarios van aumentando con la edad y con el desempeño, se comienza con becas paupérrimas (Generación Z), luego vienen becas de posgrado ya de mejores montos (ya se pueden independizar), poseriormente las becas grandes y finalmente la contratación donde ya el salario es digno, claro que siempre y cuando sea de tiempo completo y con prestaciones.

Los retos son la comunicación efectiva y la comprensión de las particularidades del lugar de trabajo, en algunos casos se podrá hacer trabajo remoto, en otros no, como en el caso del trabajo en un laboratorio donde los análisis comienzan por la mañana y terminan cuando finalizan, es decir, no hay horario de término. Lo mismo ocurre con el tabajo de campo, empieza y termina con el día, sin horarios. En algunos casos el trabajo en equipo es la solución, unos llegan temprano y otros por la tarde, sin embargo, es trabajo presencial y hay que cumplir horarios.

Particularmente recuerdo un buen alumno que se convirtió en un excelente profesional, desde estudiante todo quería aprender, ya como profesional a todo se proponía, ir al campo, sabia conducir camioneta, coordinaba a los trabajadores de campo (y le querían), era muy bueno haciendo análisis en el laboratorio, era confiable y honrado (las compras de reactivos y cristarería se cumplían en tiempo y forma), a todo se adelantaba en las ordenes de sus superiores, le costó trabajo aprender a escribir, pero lo logró con mucha dedicación, hoy es un investigador consolidado. A estos alumnos no los quisiéramos dejar ir, pero se van bien formados, gracias a las buenas actitudes que ya traen de casa.

La transición de alumno a profesional requiere cambio de actitudes, por lo que los nuevos profesionales deberán aprenderlas rápido para que la vida les sea más leve, deberán hacerse consientes del cambio, ya no son alumnos, son profesionales. 

Buena suerte. 


  

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