domingo, 18 de mayo de 2014

Las depresiones kársticas (Cenotes, uvalas y poljes) en Quintana Roo: tipos, usos y manejo

Por Patricia Fragoso-Servón, Francisco Bautista, Oscar Frausto, Alberto Pereira

Karst es un término usado para describir un especial tipo de relieve que se caracteriza por la formación de típicas depresiones cerradas, la presencia de escasa o nula escorrentía superficial debido a una alta y rápida infiltración del agua de lluvia, la abundancia de cuevas y la presencia de un sistema subterráneo de agua que se desarrolla bajo rocas solubles como la caliza, el mármol y el yeso.
En México el karst ocupa aproximadamente el 20% del territorio, la zona kárstica más grande se encuentra en la Península de Yucatán, en cuya porción oriental se localiza el estado de Quintana Roo.
Las depresiones kársticas se forman por la acción del agua al disolver la roca, pueden tener diversos tamaños y formas  dependiendo de su grado de desarrollo, desde unos cuantos milímetros hasta varios kilómetros de extensión (Figura 1).


 Figura 1. Formas kársticas negativas: A. Lapiaz, B. Dolina (Cenote), C. Uvala  y D. Polje.

Las más pequeñas son llamadas lapiaz; seguidas de los pozos; dolinas que son depresiones de forma circular y aquellas que presentan formas alargadas son llamadas uvalas; y las de mayor tamaño son llamadas poljes (mayores a 1 km2).
Las depresiones kársticas pueden almacenar agua de forma permanente por estar en contacto con el acuífero, como los cenotes y lagunas o pueden estar inundadas de forma temporal debido a la precipitación pluvial intensa por huracanes o lluvias fuertes. Por sus características las zonas kársticas se han convertido en un importante reservorio de agua, se estima que cerca de un cuarto de la población mundial depende de algún modo del agua obtenida de estas zonas.
Las depresiones kárticas que no se inundan generalmente tienen suelos más profundos y fértiles (Cambisoles, Luvisoles, Vertisoles) que los de las partes altas que no alcanzan los 25 cm de profundidad (Leptosoles), por lo que las asociaciones de suelos pueden ser Leptosoles/Cambisoles; Leptosols/Luvisoles o Leptosoles/Vertisoles (Figura 2).




Figura 2. Dolina con Leptosoles en la parte alta del relieve y Cambisoles en la parte baja

El uso agrícola de las depresiones kársticas debe incluir un cuidadoso uso de fertilizantes y plaguicidas dada su alta permeabilidad y alto riesgo de contaminación del acuífero, es decir, la realización de agricultura de precisión o de sitio específico.

El uso urbano de las depresiones kársticas involucra, necesariamente, técnicas especiales de cimentación ya que el riesgo de colapso es alto cuando se construyen estructuras pesadas. El riesgo de inundación debe tomarse en cuanta para evitar problemas ante la presencia de huracanes. Del mismo modo, la construcción de carreteras para el paso de camiones y tráileres no debe realizarse sobre las depresiones kársticas por el alto riesgo de colapso. La construcción de vivienda sobre las depresiones kársticas generalmente conlleva la contaminación del acuífero con materia fecal, microorganismos, medicamentos, metales pesados y todo tipo de sustancia de uso humano.
Las depresiones kársticas presentan un atractivo natural que las ha convertido en  importantes zonas turísticas. También los cenotes contienen fauna endémica que requiere protección.



Figura 3. Mapa de las depresiones kársticas de Quintana Roo. 


En Quintana Roo se contabilizaron 2890 depresiones, al clasificarlas por su forma y tamaño las uvalas fueron las más abundantes (58.8%), las dolinas en segundo lugar y en tercer lugar los poljes, sin embargo los poljes a pesar de encontrarse en menor número son los que ocupan mayor superficie (Figura 3).
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El artículo completo puede consultarse en:

Referencia

Fragoso-Servón P., F.Bautista, O. Frausto y A. Pereira. 2014. Caracterización de las depresiones kársticas (forma, tamaño y densidad) a escala 1:50,000 y sus tipos de inundación en el Estado de Quintana Roo, México. Revista Mexicana de Ciencias Geológicas, 31-127-137.

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