En esta nota trataré un problema grave que está sucediendo en el país desde hace al menos 30 años, pero que se está haciendo más grave y sus consecuencias pueden ser catastróficas para el país: la falta de oportunidades de empleo para los doctores en humanidades, ciencias y tecnologías.
Los costos de formación de los doctores en ciencias
En México, como
en muchos países en desarrollo, y algunos desarrollados, conseguir un buen
empleo es muy difícil. No quisiera mencionar que esta situación está
relacionada con el neoliberalismo económico (1990-2024), pero si lo está.
Invertir en la educación de la población se ve como un gasto en lugar de una
inversión, en algunos países se les endeuda para educarlos y no se les asegura
su contratación al termino de los estudios. Es por esta situación que los
países pierden soberanía alimentaria, energética, salud, muchísimas cosas más,
por eso se está en el subdesarrollo, porque se prefiere cambiar petróleo por
alimento, cambiar petróleo crudo por gasolina, cambiar minerales por bienestar.
Pero no hay que salirse
del tema, educar a los doctores en ciencias es muy caro, en dinero invertido
por el gobierno mexicano, por ejemplo, considerando solo el monto de las becas
de maestría y doctorado con los montos del CONAHCYT, un estudiante le cuesta al
país alrededor de $1,248,865.20 pesos,
por los dos años de la maestría y los cuatro años del doctorado. A este monto
habría que sumarle instalaciones (salones, laboratorios, talleres y otros) y
pago de trabajadores (manuales, técnicos, profesores e investigadores): un dineral dirian en mi rancho.
Los alumnos
invierten muchos años de su vida en educarse hasta el doctorado, seis años de
primaria, tres de secundaria, tres de preparatoria y cuatro a cinco de
licenciatura, más el año de tesis y servicio social, es decir de 16 a 20 años
de educación. Más los seis años del posgrado hacen un total de 22 a 26 años de
vida de un estudiante regular.
Si, leíste bien ¡26
años de su vida!
La manutención en
los primeros 16 a 20 años correrá por su cuenta, personal o familiar, otra gran
inversión en dinero. Así que cuando los padres ven a sus hijos piensen: ¡Como no te voy a querer!
Se me estaban olvidando
los años de posdoctorado, pueden ser 1, 2, 4, 6, 8, 10 años más. Al termino de tanto año y dinero invertido no hay empleo en el país (México), en un país que los necesita.
La precariedad laboral les ocasiona diversas enfermedades a los jóvenes doctores y algunos de ellos terminan abandonando su disciplina o emigrando a países donde si cuentan con oportunidades laborales más dignas.
Las necesidades del
país
El problema de la
pandemia COVID-19 fue un claro ejemplo de que los países que no hacer vacunas, ni
equipos médicos, ni medicinas dependen de los países desarrollados que los
hacen y fabrican, si buscamos las muertes por países, en Latinoamérica y el Caribe como un todo, la
tasa de exceso de mortalidad debida a COVID-19 durante 2020 y 2021 en muertes
cada 1.000 habitantes fue de 1,99, casi el doble de la tasa global (1,04) y por
encima de las tasas de Europa Occidental (0,85), África del Norte y Oriente
Medio (1,33), sur de Asia (1,28). Es decir, se requieren doctores en ciencias biológicas si se desea
mejorar la salud de la población del país.

México se ubica en
el lugar 43 de un total de 113 naciones en el Índice Global de Seguridad
Alimentaria (GFSI) 2022. En otras palabras, México no produce lo que se come,
se requieren doctores en ciencias en agronomía, forestales y pecuarios
(acuáticos y terrestres). Bueno pues ni el maíz que nos comemos lo producimos,
una verdadera vergüenza. Además, Mesoamérica (parte de México) es una zona de
origen de muchos alimentos, no solo el maíz. A México lindo y querido le urgen doctores en ciencias que
desarrollen la agronomía del siglo XXI, con ciencia, tecnología y sabiduría
campesina; que hagan valer la vocación forestal del país, que generen nuevas y
mejores formas de producción de proteína animal y vegetal.
Nuestro querido
país (México) se encuentra como el segundo país de América Latina con mayor
estrés hídrico. Datos del World Resources Institute (WRI) indican que al
menos una cuarta parte de la población mundial enfrenta niveles muy altos de
estrés hídrico. México ocupa el número 26 a nivel mundial. En el norte del país la escasez de agua es climática,
pero en el centro y sur, aunque no hay problema porque llueve mucho, hay
problemas de agua por su gestión, que palabra más bonita para no decir acaparamiento
y despojo. Se necesitan
doctores en ciencias que cuiden los bosques, los acuíferos y la gestión del
agua.
Los biólogos
mexicanos se ufanan de que “México es biodiverso”, y si que lo es; sin embargo,
hace falta un programa de registro e inventarios de las especies (micro, meso,
macro y megabiota; hace falta que esa diversidad de especies y ecosistemas se convierta
en bienestar de las poblaciones que la albergan, no en pobreza como se encuentran
ahora. Hacen falta administradores y gestores de esa biodiversidad. La
formación de ecólogos se aumenta “tímidamente” y la población de taxónomos
desaparece. México
necesita biólogos, taxónomos, ecólogos y profesionales que ayuden a una mejor
gestión de esa biodiversidad, que conviertan esa riqueza biológica en, al
menos, bienestar.

Los problemas de salud
derivados de la contaminación ambiental son graves, según la OMS, varios
millones de personas mueren al año por enfermedades relacionadas con la
contaminación. La ciudad de México es una de las megalópolis del mundo, allí se
tiene unos de los polvos urbanos más tóxicos del mundo. Además de muertes, la
contaminación de aire, suelo y agua ocasiona enfermedades de diversos tipos que
aquejan a la población, algunos solo sobreviven. Nuestro país requiere con urgencia doctores en ciencias
del ambiente que diagnostiquen los problemas y planteen soluciones
reales, legislación acorde con cada problema.

Desde el 2015 se
reconoce que los suelos juegan un papel clave en la sociedad y en la
sobrevivencia de la humanidad (alimentación, salud, agua y aire limpios, etc.),
por lo que se declara el día del suelo, el año del suelo y la década de los
suelos, y sin embargo, los edafólogos estudiosos del suelo, no existen como
tales, todos son reconvertidos de las carreras de agronomía y biología
principalmente. No hay una licenciatura en ciencias del suelo en occidente, hay
algunas de geociencias o ciencias de la tierra en las que no se enseñan las
bases de la edafología, así pues, deberíamos de estar formando a los doctores
en ciencias del suelo que se encarguen de proponer y elaborar los planes de
estudio de las nuevas
licenciaturas en edafología, que no existen.
La aparición de las
super-bacterias que aguantan a los antibióticos conocidos y usados en varias
enfermedades humanas y animales requieren de los super-antibióticos que
seguramente se encuentran en los suelos, es por esto que urge que en el México
edafodiverso se construyan institutos de investigación en microbiología y se
contraten doctores en ciencias en este tema.
Con las grandes obras, como los trenes maya e interoceánico, la refinería y lo que viene se requeriran miles de ingenieros y si no los preparamos en el país, se traeran de fuera. Por su parte, las empresas trasnacionales llegan con su personal de fuera, es por eso que abundan los japoneces en Aguascalientes, Coreanos en Monterrey, alemanes en Puebla, por mencional solo unos pocos.
Al país esta situación le deja unos jóvenes doctores enojados, enfermos, desmotivados y subdesarrollo para todos. Un juego en el que todos pierden, gente preparada, gobierno y población mexicana sumida en el subdesarrollo. No faltará el que piense que el desarrollo lo hacen las empresas y más si son transnacionales, pero cuidado, las empresas se crean para ganar dinero, no para el desarrollo de los países, pregunten por la situación actual en EEUU (muchos sin casa), Alemánia (empresas que se mudan a lugares más seguros), España (que invita a sus jóvenes doctores a emigrar también), entre otros casos.
Los jóvenes
doctores en ciencias son la gente educada del país, esos jóvenes merecen oportunidades de
trabajo en su país, salarios dignos y empleo seguro. México no los puede
desaprovechar porque ya gastó mucho dinero en ellos y además los necesita con
urgencia para el bien de TODA la población mexicana.