miércoles, 17 de julio de 2019

Mi cartógrafo favorito: Thomas J. Ihl


La vida es un ir y venir, está compuesta de ciclos, el día y la noche, la vida y la muerte. Y aunque lo sabemos, no deja de doler la muerte de los amigos y de los parientes. Escribo esto porque a mi cartógrafo favorito se le acabó la vida la semana pasada y, como duele, no había podido digerir este acontecimiento. ¿Cómo despedir a mi cartógrafo favorito?, pues con sus mapas y cuatro de sus anécdotas.  


La primera. Cuando comenzó a trabajar en un proyecto que yo coordinaba le pedí que hiciera un análisis espacial pero para mi sorpresa se negó porque no teníamos la licencia del software, le dije que ya la había pedido pero que mientras trabajara con la versión pirata y se negó. Él aducía que podría perder su cédula profesional si lo encontraban trabajando con un software sin licencia. En ese tiempo las licencias se entregaban “en físico” y como todo lo que compra un país en desarrollo a uno desarrollado, tardaría tres meses en llegar y con el doble del precio. Finalmente llegó la licencia y tres meses después comenzó a trabajar. ¡tres meses! La moraleja de esta anécdota fue: si contratas a un geógrafo alemán asegúrate que tengas las licencias del software en regla.
La segunda es es sobre las dificultad del lenguaje español, castellano en realidad, para un alemán, los problemas de la confusión del género y de algunas frases, como cuando decía: “mis mapas preciosos” por decir “mis mapas precisos”. O por aquella conferencia en la que dijo “condones litorales” por “cordones litorales”. Se sabe que la playa y el calor te llevan a usarlos pero no en tal cantidad que los puedas ver con imágenes de satélite.
La tercera. Thomas era muy celosos de sus saberes y habilidades pero con el tiempo aprendió a enseñar y de eso queda constancia en las habilidades de varios de mis ex-estudiantes.
La cuarta. Nos recitaba las leyes de la geografía una y otra vez, lo curios es que solo se las he oído a él a pesar de trabajar en un centro de geografía. Esto nos lleva a pensar que algo no se está haciendo bien en la enseñanza de la disciplina.
Trabajamos en varios proyectos y nos divertimos. Tuve la suerte de verle en su tierra y tomar algunas yardas de cerveza en Berlín junto a otro colega que también aprecio mucho. Cuando nos despedimos noté que en su mirada había algo que no pude descifrar en ese momento, tal vez se despedía.
A los que lo conocieron, como yo, les mando un abrazo y les deseo que le recuerden con cariño como yo lo hago.
Lo recordemos con la canción que pidió:
México lindo y querido
si muero lejos de ti
que digan que estoy dormido
y que me traigan a ti
Que digan: que estoy dormido
Y que me traigan a ti
México lindo y querido
Si muero lejos de ti