1.¿Cómo
te interesaste por primera vez en las ciencias del suelo?
Por mis maestros, en mi pregrado desde primer semestre empecé a escuchar de la importancia del componente biológico de los suelos, que era poco abordado en las asignaturas y no se le brindaba ninguna importancia.
2. ¿Quién o quienes te motivaron a estudiar las ciencias del suelo?
Hubo tres personas que me motivaron y acompañaron durante el proceso de formación. Hoy todavía cuento con la compañía de uno de ellos, porque se encuentra en vida y es mi maestro incondicional.
3. ¿Quién o quienes te ayudado a formarte como edafólogo?
Heimar Quintero Vargas, Mario Mejía Gutiérrez, Edgar Amézquita, Álvaro García, Patrick Lavelle.
4. ¿Cuál fue el reto más difícil de superar durante el doctorado? y ¿cómo lo superaste?
El examen de candidatura porque duró dos días, el primer día siete horas y el segundo 10. Este fue un verdadero reto porque consistió en una evaluación integral en la que se preguntaba de forma oral y escrita todo lo que tuviera relación con suelos, especialmente de la región Andina colombiana.
5. Cuéntanos alguna anécdota sucedida durante tus estudios de doctorado.Una anécdota está relacionada con lo difícil que es muestrear en la Amazonía y Orinoquía colombiana, debido a los ácaros, si no te proteges con jabones de azufre, cremas y hasta insecticidas, te vuelven nada el cuerpo y te hacen pasar una mala temporada. Esto me sucedió en Carimagua, una región muy bella de la Orinoquia colombiana, que se caracteriza por la alta pluviosidad y temperatura; pues salimos a muestrear y nadie me informó del impacto de los ácaros. Durante el trabajo observé que nadie se sentaba en el suelo y que todos llevaban asientos para no exponerse al rigor de lo que había en el piso. Pues yo si me senté con toda confianza en el suelo y hasta me acosté, pues en la tarde, después de la jornada de trabajo, sufrí mucho con el escozor, las picaduras y el impacto que tener que soportar a los “coloraditos” (nombre común que les da a los ácaros para reconocerlos) dentro de mi piel. Lo peor de todo es que el problema sólo para luego de tres o cinco días. Igual sucede con los “aradores” en la Amazonía, pero la diferencia es que llegué preparado y con la experiencia aprendida.
6. ¿En qué tema edafológico estás pensando ahora?
En seguir interpretando el papel que cumplen las comunidades humanas en la comprensión de cómo funcionan los agroecosistemas y de qué manera la mayoría de ellos contribuyen con la conservación de la biodiversidad de los suelos del neotrópico.
7. ¿Qué artículo reciente ha atrapado tu atención y por qué?
En el caso de artículos no he tenido uno que me cautive, pues pienso que voy deambulando siempre en búsqueda de lo inesperado, pero si el libro titulado “El Elemento” de Ken Robinson. Se lee de la imaginación y creatividad que necesitaremos para transformarnos y enfrentar los nuevos retos.
8.
¿Qué
gran problema le gustaría abordar en los próximos 10 años?
Comprender por qué los suelos brindan respuestas diferenciales con el manejo en ambientes similares.
9. ¿Cómo le gustaría que en el futuro fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?
Con mucha pasión, no por dinero. Se debe transmitir con amor lo que tanto hemos trabajado y tratado de comprender.
10. ¿Quieres dar un mensaje a los jóvenes edafólogos latinoamericanos?
Que valoren el conocimiento local de los agricultores, que no crean en la escuela como la única que maneja conocimiento, la que lo sabe todo. Que no se especialicen solo en el suelo, que comprendan los entornos, los ambientes, que traten de conocer e interpretar las cosas más simples, ellas les permitirán entender la complejidad. Que sean optimistas y siempre persistan en lo que crean, que lo construyan con mucha pasión y que despierten esa sensación en las personas que los rodean.
Dr. Alexander Feijoo.
Doctorado: Ciencias Agropecuarias
https://www.researchgate.net/profile/Alexander_Feijoo
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