Dra. Yameli Aguilar.
Empezaron
a interesarme por primera vez cuando realicé mi segundo verano científico en la
misma facultad donde estudié (Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
ahora Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Autónoma
de Yucatán, UADY). Fue durante esa estancia que el edafólogo e investigador
anfitrión -el Dr. Fco. Bautista- me platicó sobre los proyectos que estaba
realizando e incluso me ofreció un tema para iniciar con mi trabajo de tesis,
básicamente estudiar el papel de diferentes suelos de Yucatán como reactores
naturales para el tratamiento de aguas residuales con alta carga orgánica. No dudé
en aceptar el tema porque me di cuenta que ese conocimiento tiene una utilidad
muy práctica en términos ambientales y agrícolas.
2. ¿Quién o quienes te motivaron a
estudiar las ciencias del suelo?
Fue
el mismo Dr. Bautista quien me despertó tanto el interés como la motivación
para entrar a este mundo de las ciencias del suelo, así como los proyectos en
los que he colaborado bajo su coordinación y asesoría, fueron las catapultas
para formarme como futura edafóloga.
Otra
persona que me motivó fue mi co-asesor de tesis de licenciatura, el Dr. José
Armando Escamilla Bencomo (q.e.p.d) del Centro de Investigación Científica de
Yucatán, con su distinguida calidez humana y asesoría en el laboratorio.
3. ¿Quién o quienes te han ayudado a
formarte como edafólogo?
Gracias
a los proyectos y asesoría del Dr. Bautista, así como a su red de colaboradores,
también tuve la oportunidad de conocer y convivir con otros investigadores
quienes con su experiencia y conocimiento han aportado en mi formación, básicamente
el Dr. David Palma del cual he aprendido aspectos agrícolas de las ciencias
edáficas y con los Dres. Óscar Frausto y Manuel Mendoza, reforcé los temas de
geografía de suelos.
De
igual manera, en una estancia en el Instituto de Recursos Naturales y
Agrobiología de Sevilla (IRNAS) del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas de España aprendí en el tema de diseño de modelos para la
evaluación de tierras con los Dres. Diego de la Rosa, María Anaya, Elvira Díaz,
Sameh Abd-Elmabod y Miriam Muñoz.
4. ¿Cuál fue el reto más difícil de
superar durante el doctorado? Y ¿cómo lo superaste?
Aunque
el doctorado lo estudié en mi mismo país, sí estuve geográficamente alejada de
mi ciudad de origen. No fue complicado adaptarme a un ambiente diferente al mío
(de lo tropical a lo templado) con gastronomía, música, cultura y en general
estilo de vida muy disímiles a pesar de pertenecer al mismo país. Hice
fácilmente lindas amistades que hasta ahora conservo.
Estando
lejos haciendo el doctorado el reto más difícil tuvo una connotación más
personal que profesional, ya que vengo de una familia nuclear compuesta por mi
madre y Dani, mi hermano con síndrome de Down -siete años menor que yo- a quien
hablaba por teléfono todas las noches, ¡Todas las noches! para mitigar un poco
mi ausencia.
A
principios de mi último año del doctorado mi abuela materna empeoró con su
enfermedad de Alzheimer que la hacía un ser dependiente al 100% y era mi madre
una de sus cuidadoras principales. Con esta situación -en la que mi madre tenía
que prestar más atención a mi abuela- Dani comenzó a resentir aún más mi ausencia.
No
es fácil el cuidado y la atención al mismo tiempo de dos personas con
discapacidad, se necesita una red de apoyo para que la situación no sea muy
agotadora ni física ni emocionalmente. Así que sin pensarlo mucho y empujada
por la angustia, decidí regresarme a mi ciudad sin haber terminado la tesis y
sin importar el desacuerdo y el enojo de mi asesor principal.
Yo
sentía que podía continuar escribiendo en casa y al mismo tiempo apoyar en los
cuidados familiares. Si bien sí me tardé un poco más en concluir mi borrador de
tesis, valió la pena porque pude estar presente y acompañar a mi familia en
momentos difíciles, así como pasar junto a mi abuela sus últimos meses a pesar
de que ella ya no me reconocía, pero yo sí sabía perfectamente bien quién era
ella y que merecía toda mi lealtad sobre todo cuando más me necesitaba.
Obviamente la beca se terminó antes de poder concluir la tesis, así que tuve que trabajar; probé en el sector privado, luego en una asociación civil, pero en ambas no me dejaba con las ganas ni energías suficientes de escribir la tesis. Como soy una persona con el hábito del ahorro, mi solución fue montar un negocio de ¡¡venta de cervezas!! Yo no bebo ni refrescos y por ende nada de alcohol ni cervezas, pero gracias al apoyo de una amiga de la infancia -Cinthia Sánchez- aprendí rápidamente de marcas, presentaciones, precios y tips para vender. ¡¡Irónicamente, la cerveza me dio la inspiración para terminar la tesis sin beber una sola gota!!.
Con
este negocio logré sostener la economía familiar por varios meses; me daba el
tiempo suficiente para escribir en los “tiempos muertos” y logré concluir el
documento de tesis. A la par enviaba mi curriculum
vitae por todos lados y pude preparar un escrito para someter a un concurso
nacional “Perspectivas Universitarias para la Gestión Sustentable del Agua en
la Península de Yucatán” el cual obtuvo el primer lugar en la categoría de
posgrado y fue el suceso que me ayudó a limar asperezas con mi asesor y mi
“pase” para que la tesis fuera revisada y aprobada rápidamente por mi comité
tutoral. Finalmente obtuve el grado de doctora en geografía ambiental.
5. ¿En qué tema edafológico estás
pensando ahora?
A
corto plazo deseo estudiar la relación de las funciones ambientales de los
suelos, básicamente un análisis hidropedológico de los diferentes tipos de
suelos que se distribuyen en las depresiones kársticas y evaluar también la
función como microcuencas de las depresiones mediante la modelación 3D con el
apoyo de imágenes de alta resolución obtenidas con drones.
Otro
tema a mediano o largo plazos de mi interés es crear estrategias de
sensibilización y divulgación científica mediante la conexión de las geociencias
con las artes. Muchas veces como científicos nos olvidamos que el ser humano
está hecho también de emociones. Las artes son un medio ideal para expresar emociones
y compartir conocimientos. Se necesitan esas estrategias y contenidos que logre
“conectar la ciencia con todos los sentidos” para poder sensibilizar, emocionar
y fomentar el aprendizaje.
6. ¿Qué artículo reciente ha atrapado
tu atención y por qué?
Uno
de los más recientes es “A holistic
approach to groundwater protection and ecosystem services in karst terrains”
de Nico Goldscheider publicado en el 2019 en la revista “Carbonates and
Evaporites”. Es un artículo de revisión que presenta un análisis integrador de
los territorios kársticos y la necesidad de verlos como un “todo”. El karst es
como la “columna vertebral” que se relaciona con todos los demás elementos
geográficos: relieve, suelos, hidrología, biodiversidad (flora y fauna
superficial y subsuperficial), la función de algunas geoformas como reservorios
de CO2 e incluso con los aspectos culturales de civilizaciones que
han habitado o siguen habitando en territorios kársticos.
Desconocer
las interrelaciones que tienen los sistemas kársticos y el mal manejo de este
tipo de territorios, dan origen a diversos problemas que actualmente estamos
padeciendo en la Península de Yucatán, como la erosión de suelos que conlleva a
la baja productividad agrícola, colapsos, hundimientos, contaminación de agua e
impacto en los niveles freáticos que conlleva a impactos en la salud humana y
de ecosistemas, degradación de la flora, pérdida de biodiversidad y aparición
de enfermedades zoonóticas emergentes, por mencionar algunas.
Me
gustaría abordar el reconocimiento de la geodiversidad en las zonas kársticas
de la Península de Yucatán. El concepto de geodiversidad en el país (México),
aún es poco conocido a diferencia de la biodiversidad que es un concepto muy
popular. Soy bióloga de formación y reconozco que muchas veces los biólogos
olvidamos que todo organismo se desarrolla en un contexto geográfico y esta
geografía -dada por las relaciones entre los diferentes elementos (geología,
geomorfología, hidrología, suelos, climas)- son los que constituyen la
geodiversidad. Si México es biodiverso, la razón es porque también es
geodiverso pero esto último poco se dice. Nos falta ver el territorio en su
conjunto, incluido el factor humano y sus diversas culturas (pasado y
presente).
El
reconocimiento de la geodiversidad me gustaría abordarlo mediante el tema de
inventarios y evaluación de geositios en zonas kársticas, para fortalecer el
reconocimiento del patrimonio biocultural y vincularlo con los tipos de turismo
de bajo impacto: turismo cultural, ecoturismo, agroturismo, en especial con el geoturismo,
para fortalecer el respeto hacia los paisajes naturales, la comprensión de su
funcionamiento y la importancia de buenas prácticas de manejo para su conservación,
que nada tiene que ver con parques tipo Xcaret
o Xibalbá que modifican los sistemas
naturales, explotando las rocas, modificando y creando paisajes artificiales y
alterando los ecosistemas, ese tipo de malas prácticas turísticas son
depredadoras y no se deben replicar.
Pero
para llegar a inventariar e identificar los geositios, se requiere integrar
grupos inter y transdisciplinarios de trabajo de todas las áreas y el
involucramiento de las comunidades locales, porque, a diferencia de los
programas de áreas naturales protegidas, la implementación de geositios solo se
logra con la participación activa de los pobladores quienes son los principales
protagonistas para su funcionamiento a largo plazo. Es decir, las comunidades
locales son el motor principal, sin ellos no pueden concebirse ni establecerse
los geositios.
8. ¿Cómo le gustaría que en el futuro
fueran enseñadas y aplicadas las ciencias del suelo?
Primero
que la edafología forme parte del tronco común y no como opcional en las
diferentes licenciaturas tales como Biología, Recursos Naturales, Ciencias
Ambientales, Agroecología, Agronomía y afines. Considero que como materia de
tronco común podría sentar las bases para el reconocimiento de la importancia
de los suelos como parte de la geoderma y su relación con otras geociencias a
través de los ciclos biogeoquímicos. Como especialización, además de las
técnicas convencionales (trabajo de gabinete, campo y laboratorio), se requiere
la integración de prácticas de casos reales para aterrizar conceptos y métodos.
9. ¿Quieres dar un mensaje a los
jóvenes edafólogos latinoamericanos?
Mi
mensaje va a los jóvenes científicos en general, pero en especial a las mujeres
jóvenes científicas. Como latinoamericanos tenemos la costumbre de un arraigo y
apego familiar tan fuerte que muchas veces eso dificulta tomar la decisión de
salir de casa para estudiar. Como mujeres solemos vivir episodios de “chantajes
emocionales” por parte de algún familiar cercano: padre, madre, abuelos.
En
mi caso, cuando tomé la decisión de migrar para hacer el doctorado, fue Fita,
mi abuela materna (antes de enfermar) quien con mucha tristeza mientras me
acariciaba una mejilla, me preguntaba “¿Por qué te vas?” Me hacía trizas el
corazón porque yo sabía que su duda no era mal intencionada. Imploraba las
fuerzas de Santa Marie Curie, Sor Juana Inés, San Charles Darwin y Santo
Alexander von Humboldt para resistir y no caer en su melancolía.
¿Cómo
explicarle a una mujer tan buena, educada para estar en casa y atender
incondicionalmente a su familia, que su nieta tiene interés por las ciencias e
inquietud de experimentar estudiar fuera y lejos del hogar? No era fácil de
explicar. Nadie lo había hecho, incluso hasta ahora nadie más en mi familia lo
ha hecho. ¿Qué es eso de ser bióloga y querer hacer un doctorado? No es fácil ni
de explicar ni de entender cuando en la familia no hay antecedentes. Lo que se
espera es que estudies ya sea un oficio o una carrera, luego te cases, te
establezcas cerca de la familia y los visites como mínimo cada domingo.
Mi
mensaje es que, si se tiene la inquietud de salir para estudiar o trabajar,
tomar cursos, estancias, especializaciones, posgrados o ¿por qué no? tener la
experiencia de vivir y trabajar fuera de nuestra zona de confort y
enriquecernos personal y profesionalmente, hay que abrirnos esas oportunidades.
Mantener un buen promedio ayuda a conseguir becas para seguir estudiando, sobre
todo cuando se viene de familias con recursos económicos muy limitados.
Identificar
a las o los aliados, esos profesores o tutores que son mentores y guías para
dar consejos y contactos que nos permitan ampliar las redes de colaboración. En
la medida de lo posible, ahorrar, siempre unos ahorros ayudan a sobre llevar
cambios imprevistos. Tener siempre en la mente nuestras metas a corto, mediano
y largo plazos. Enfocarnos y no distraernos demasiado. Trabajar duro, pegarse a
los que saben y aprender.
Bióloga por la
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UADY
Maestra en
Ingeniería Ambiental por la Facultad de Ingeniería Civil, UADY
Doctora en
Geografía Ambiental por el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de
la UNAM
·
Google
Académico: https://scholar.google.com/citations?user=mBd9qoMAAAAJ&hl=es
·
Academia.Edu:
https://inifap.academia.edu/YameliGpeAguilarDuarte
Excelente testimonio. También considero que se olvida muchas veces la importancia del suelo en los estudios a diferentes niveles de organización biológica. Por ello, debemos incluir saberes de las ciencias de la Tierra en las asignaturas de educación básica (Ciencias Naturales, Geografía) para un mayor reconocimiento social. Se agradecen los consejos. Saludos.
ResponderBorrarGracias a ti por pasar a leer!! Totalmente de acuerdo en que aspectos relevantes de las ciencias de la Tierra deben incluirse desde la educación básica. Saludos!!
BorrarDra. Yameli.
ResponderBorrarMi reconocimiento a su férrea voluntad.
Sin duda es gran ejemplo de lo que significa tener un ideal y seguirlo.
Saludos.
Gracias por tus palabras Gerardo!!! :) Saludos!!
BorrarSiempre es un gusto leer un poco de su trabajo para seguir motivado, felicidades por tan noble labor y por abrir camino a los aficionados de las ciencias! Vamos bien!
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