Ante un conflicto ambiental, de otro tipo también, hay tres posiciones. Unos a favor, otros en contra y los que se abstienen. Los que se abstienen prefieren el orden sobre la justicia.
a) Los que contaminan.
Los que contaminan el agua subterránea y degradan el ambiente utilizan falacias argumentativas del tipo: todos contaminan, otros contamina más, la ley esta de nuestra parte, el recurso ambiental es abundante (agua, aire), no hay problema que atender, entre otros, ver nota anterior. Ellos velan por sus intereses y tratan de ganar adeptos, como: académicos abriendo foros y dándoles la palabra en entrevistas y en asociaciones; gobernantes de múltiples formas, pobladores afectados (regalando consultas médicas, haciendo donaciones proambiente, entre otros), ellos están en lo suyo.
En otros países, como Bolivia ha logrado que legisladores y gobernantes privaticen los acuíferos. En México y, particularmente en Yucatán no han llegado a tanto, solo han logrado que les den las permisos de extracción de agua a precio de regalo, les han eximido de la presentación de las manifestaciones de impacto ambiental; les han otorgado cartas de cumplimiento, entre muchas otras.
b) Los que no se sienten afectados por la contaminación.
Algunos se muestran indiferentes, otros tomaran partido apoyando a alguna de las partes en conflicto. Los indiferentes pierden sin darse cuenta de ello.
Pierde la población en general por la contaminación de las aguas subterráneas por las granjas porcinas y avícolas, los desarrollos turísticos (grandes y medianos) privados y sociales, la ocupación habitacional de las reservas ecológicas y las reservas hidrológicas, entre otras.
Cuando se contamina el agua subterránea de las zonas de recarga para las ciudades, como lo es todo el anillo de cenotes, el abastecimiento y potabilidad del agua potable se encarece, pierde la población en general porque sus impuestos no se usaran para la mejora de las calles, escuelas y otras acciones de gobierno.
Pierden las poblaciones rurales del estado, que son también las más pobres y las que tienen mayores carencias sociales, se les están aumentando las carencias, una de ella es la carencia de agua potable. Al aumentarles las carencias sociales se les hace más pobres, será más difícil salir de esa situación.
Otros problemas por la contaminación del agua subterránea que sufren las poblaciones mayas son: incremento de enfermedades, pérdida de empleos turísticos, pérdida de confort por olores, entre otros (ver La importancia cultural, natural, ecológica y económica del anillo de cenotes el caso de Homún http://www.amek.org.mx/los-territorios-karsticos-de-la-peninsula-de-yucatan/).
La situación al año 2018 era: 6.7% en pobreza extrema, 34.1% son pobres, están por debajo de la línea de pobreza (porque ganan menos de tres mil pesos al mes en las ciudades y menos $ 1941 pesos en el campo); el 33.3% tienen carencias sociales, están por arriba de la línea de pobreza de pobres pero tienen por carencias sociales. Sin problema 20.4% de la población. Según el CONEVAL las carencias sociales son: el rezago educativo, acceso a servicios de salud, seguridad social, alimentación, calidad de la vivienda y servicios en la vivienda (agua, energía eléctrica, entre otros)
Entonces, tenemos un 79.6% de la población yucateca que vive muy mal, otros con ingresos bajos y otros que ganan bien pero con carencias sociales. Solo un 20.4% de la población yucateca que no es pobre, de estos muy pocos son clase media (ingreso de $16 000 mensuales por persona) y otros, muy pocos, son ricos (más de $189 000 pesos mensuales por persona). A eso se le denomina desigualdad social. Además se debe tener en cuenta que la línea de pobreza para el 2018 era muy, pero muy, baja.
Según el Dr. Wikipedia "La desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a los recursos de todo tipo, a los servicios y a las posiciones que valora la sociedad. La desigualdad social está fuertemente asociada a las clases sociales, al género, a la etnia, entre otras".
d) Pierden los gobiernos.
Los tres niveles de gobierno pierden credibilidad. Los locales más porque son los directamente responsables de no atender correctamente los problemas ambientales.
Los conflictos que no se atienden políticamente, tienden a escalar, crecen. Cuando un conflicto explota, pierden los que se abstuvieron, una de las partes, más lo gobernantes.
Los que ganan sufren un desgaste importante que se hubiera podido evitar pero que no fue así por el fracaso de la política.
En el caso del estado de Yucatán que ha sido gobernado por el PRI y el PAN, cabe resaltar que hasta el momento han logrado contener los conflictos a pesar de los grandes errores de sus gobiernos. Sin embargo, un incremento en la intensidad de los conflictos ambientales ("granjas porcinas vs comunidades mayas"; "desarrolladores inmobiliarios vs pobladores" , "cerveceras vs comunidades mayas" y muchos otros) podría desencadenar decesos, cambios a niveles de gobierno como la creación de nuevos partidos (El partido del pueblo maya PPM), o hasta conflictos sociales. Volteen a ver el caso de Bolivia (https://www.youtube.com/watch?v=Vqc3N-qrzDA).
La política y, solo la buena política promovida por los gobiernos locales y el gobierno federal, tiene en sus manos la estabilidad social en el estado de YUCATÁN.
Hay un conflicto y se debe atender ahora, con la ley en la mano. Ya es hora de que los malos gobernantes sean señalados, cesados, o encarcelados según el caso.
Urge una nueva ley del agua, que los legisladores del PRI y PAN están postergando.
La justicia, la ley y el bien común van primero.
No se confunda nadie, escribo esto NO para hablar mal del PRI y del PAN (sus formas de gobierno y la cantidad de pobres en el estado hablan por ellos mismos), escribo este texto porque no quisiera que la sangre llegara al río, al cenote en este caso.
El Dr. Bautista es un investigador reconocido a nivel nacional e internacional, y se agradece su punto de vista del escenario actual, gracias Dr.
ResponderBorrarGracias
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