Los problemas ambientales derivados del manejo no sustentable de los recursos naturales ocasionan conflictos, unos se benefician y otros salen perjudicados. Cuando los conflictos son ignorados por las autoridades la “sangre llega al río”, la desaparición de activistas ambientales es una realidad desafortunada y condenable, pero real.
Por otro lado, cuando las autoridades hacen su trabajo, deben atender y entender los conflictos. Es decir, atender entiéndase por mediar con las partes involucradas con las leyes por delante, así los problemas podrán resolverse sin grandes daños para las partes.
Para entender los problemas se requiere
que las autoridades se hagan llegar conocimiento técnico, social y ético especializado
sobre los discursos de las partes en conflicto. Para lograr un dialogo sensato,
objetivo y justo es conveniente tener en cuenta las falacias argumentativas.
Los argumentos de validez débil o nula, con descalificaciones y con engaños se les denomina falacias argumentativas. En torno al conflicto de la sobre extracción del agua subterránea en la península de Yucatán las falacias argumentativas más comunes son:
Recurso natural en abundancia. Es
común escuchar y leer que en la península de
Yucatán hay mucha agua, llueve mucho y está cerca de la superficie, el paraíso en
la tierra. Sin embargo, los paisajes costeros tienen el agua subterránea salina, el espejo de agua dulce
es muy delgadito, por esa razón que el agua potable de las ciudades costeras se
trae de “tierra adentro”. Otros paisajes geográficos tienen rocas de yeso y eso
hace que el agua de lluvia se contamine de manera natural, el agua con yeso no es buena para la agricultura, ni
para la ganadería, ni para beber por la población humana. En algunos paisajes
geográficos del centro de la península de Yucatán es agua
es carbonatada de escasa calidad para el riego, puede ser bebible para
animales y humanos, pero con reservas por la posible formación de cálculos renales.
Agua excelente para riego agrícola no hay. En algunos paisajes geográficos
kársticos de Campeche el agua se localiza a grandes profundidades.
Además de las diferentes calidades del
agua subterránea de la Península de Yucatán se debe lidiar con el gran número
de concesiones de extracción de agua subterránea (CEAS), que para el estado de Yucatán
son más de 30 mil, si, más de 30 000. En los contratos de CEAS los costos del
agua son casi nulos, agua gratis para entendernos mejor. Esos 30 mil dueños del agua subterránea en Yucatán la consumen algunos (cerveceras, agua y refrescos embotellados) lo cuales un mal menor y otros la contaminan al usarla para "mover las heces de su ganado", lo cual es un mal mayor porque la regresan contaminando más de 100 el volumen extraído (para el calculo usen la carga orgánica y el volumen de extracción y calculen la dilución para lograr el umbral de la norma oficial mexicana para descarga en agua). Por ejemplo, si una granja extrae diariamente agua por el equivalente a una piscina olímpica, contaminaría más de 100 piscinas olímpicas cada día.
Así que no se engañen, ni
hay mucha agua, ni es de buena calidad toda, esa es la razón del conflicto.
Pues si hubiera mucha agua y fuera de buena calidad, no habría conflicto de abastecimiento.
Este argumento de la abundancia del recurso también se utiliza con frecuencia en el caso de la calidad del aire, por el contrario, para que cuidar el suelo si en Yucatán no hay. Bueno de esto hablaremos en otra ocasión.
A todos nos interesa el medio
ambiente. Esta falacia argumentativa se utiliza
para decir que ambas partes en conflicto tienen intereses comunes, nada más
falso. A todos nos interesa vivir en ambientes sanos, pero no vivimos en el
mismo lugar ni padecemos los mismos problemas ambientales. Por ejemplo, En el caso
de las grajas porcícolas, los que se benefician de las
ganancias económicas no padecen los malos olores que allí se producen y que si
padecen las comunidades mayas. ¿Por qué será que que la gente no vive allí dentro de sus granjas?
Los problemas ambientales son
técnicos. Pues eso sería antes porque ahora también
son sociales, éticos y legales. Por ejemplo, “Niñas,
niños y adolescentes tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano y
sustentable, y en condiciones que permitan su desarrollo, bienestar,
crecimiento saludable y armonioso, tanto físico como mental, material,
espiritual, ético, cultural y social” (CNDH, 2021).
También los pueblos originarios tienen
derechos, por ejemplo, “el derecho de vivir y desarrollarse
como comunidades distintas y a ser respetados, de la salvaguarda de sus
derechos sobre las tierras, territorios y recursos naturales; sus formas
propias de organización; la no discriminación; la búsqueda de su participación
y consulta en las decisiones de políticas públicas que los afecten, y el
derecho al desarrollo económico y social” (CNDH, 2015).
Cuando se argumenta que los problemas ambientales son esencialmente técnicos generalmente se acompañan de frases de legitimación del siguiente estilo: “hacemos el mejor tratamiento de aguas residuales del mundo”, “nuestras plantas de tratamiento no las tiene ni Obama”; “la asociación de egresados de Harvard dice que las granjas porcinas operan bajo los estándares mundiales”. Estas declaraciones se merecen un verso:
Estos
ambientalistas están en contra del desarrollo. Esta frase es la clásica del
falso dilema que desvía la discusión. Suele argumentarse que las empresas que
extraen grandes volúmenes de agua y contaminan el agua subterránea pero también
generan empleos, por lo que si se les impide trabajar se daña a la economía de
los pueblos. Y si, tienen razón parcialmente, la economía sufrirá por
los 60 empleos de 700 pesotes a la semana o 140 dólares al mes. Sueldos por
semana equivalentes a lo que algunos nos gastamos en una comida.
Estos bajos salarios disfrazados de desarrollo económico son una de las causas de que el 79.6% de la población yucateca sea pobre extrema, pobreza económica o vulnerable. Vaya desarrollo económico tipo quinto mundo gracias a las políticas federales de los partidos.....(les debo este comentario por la veda electoral pero ustedes saben quienes les han gobernado). Pero el uso de esta falacia argumentativa es descarada, por decir lo menos.
Los culpables son otros. Esta falacia se utiliza en Europa, EEUU y en otros países para que la gente piense que los extranjeros son los culpables de sus males y no la política pública ineficiente y corrupta. Los africanos nos quitan el trabajo, los latinos nos quitan los empleos y son violadores, diría algún exgobernante de pocas luces.
Esta falacia es clásica en Yucatán, los malos son los que vienen de fuera (Huaches), son
los que contaminan, son los que cambian la cultura, son muy malos, requetemalos.
Pero los que venden los terrenos "en medio de la nada" juegan de local, los
porcicultores juegan de local, las autoridades juegan de local. No se engañen,
el adversario, que no enemigo, está dentro.
Todos
contaminan.
Esta es la falacia de la mayoría, las granjas pequeñas contaminan más, en las
casas también hay contaminación con heces fecales. Si otros también contaminan ¿Por
qué me penalizan a mí? ¿Por qué no cierran los cenotes, la casas, los restaurantes?
Lo
que sucede es que una mega granja contamina al igual que una ciudad, no se debe
comprar con una casa con cinco habitantes, ni con una granja de cinco cerdos
con una mega-granja de 50 000 cerdos. La magnitud del daño podría pensarse que es proporcional a la población; sin embargo se debe considerar que la naturaleza tiene mecanismos de regulación, los daños menores pueden ser adsorbidos pero los mayores no. Algunos humanos podemos tolerar el piquete de una abeja pero tal vez no el piquete de 100 abejas.
En los argumentos técnicos se pueden utilizar las falacias, tengan cuidado con estas y aprendan a identificarlas y debatirlas.
Coman
frutas y verduras, no se dejen engañar con las falacias argumentativas.
Le invito a compartir y comentar este texto, debe llegar a la población yucateca que tanto quiero.
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