lunes, 16 de septiembre de 2024

Tips para activistas ambientales intimidados/perseguidos

El desarrollo de proyectos basados en el aprovechamiento de los resurso naturales pueden ocasionar conflicto ambientales territoriales y para esbozar  plantear opciones de solución a los conflictos ambietales es necasario aceptar que son complejos, que involucran actores diveros y  que requieren del conocimiento del territorio y por lo tanto de pensamiento geográfico y si el territorio es kárstico la situación se complica más. Un conflicto socioambiental podría ser entendido como una disputa que involucra el uso, acceso y propiedad de recursos naturales y servicios ambientales por grupos de actores quienes tienen diferentes poderes e intereses, y defienden diferentes concepciones con respecto a la gestión de los bienes públicos. 

En esta nota solo hablaré de los actores que tienen un rol en los conflictos socioambientales, esos son: a) la parte ofendida (a menudo poblaciones vulnerables); b) la parte presuntamente ofensora que pueden ser personas físicas o personas morales (empresas, organizaciones), c) los mediadores, como los gobiernos de diversos niveles; y d) los ayudantes o colaboradores de las partes en conflicto, como los asesores, peritos, abogados, y de los ayudantes de los mediadores (amigos de la corte, peritos independientes, etc.). 

Las personas afectadas por el conflicto socioambiental algunas veces cuentan con el apoyo de personas comprometidas con sus causas, como, por ejemplo, académicos, personas sensibles al daño ambiental, personas comprometidas con la naturaleza, personas comprometidas con las poblaciones vulnerables, entre otros, a todos ellos se les conoce como ambientalistas o activistas ambientales, algunas de estas personas ambientalistas llegan a incluirse o a sentirse la parte ofendida, la población vulnerable. Ante dicha situación de compromiso con la causa suelen aparecer sentimientos de fustración, coraje, impotencia y desánimo que deben aprender a manejar, recordando que la felicidad o infelicidad no es lo que sucede, más bien es lo que pensamos sobre lo que sucede, como dijera Santandreu (2018). Por ejemplo, pensar solo en la derrota, la corrupción o el escaso compromiso de los demás actores al interior del conflicto, nos puede hacer pensar que no hay salida, que falta mucho por hacer y al final estos pensamaientos producen infelicidad. Por el contrario, si pensamos en los avances sobre la causa, sobre lo bueno que ha sucedido, entonces podríamos sentirnos felices o, al menos, no tan agobiados por lo que falta por lograr. Un pensamiento más estoico.

Cuando la corrupción es rampante y existe colusión entre los mediadores (gobierno, los fiscales) y las empresas contaminantes (parte ofensora), hay que tener cuidado, ya que dicha colusión permitiría denunciar y hasta juzgar a la parte ofendida y a los ambintalistas, como alguna persona o grupos de personas (asociaciones, por ejemplo) por algún delito grave, de esos de más de 20 años de prisión por una simple protesta ciudadana o alguna declaración pública.

Los activistas ambientales suelen ser claves y muy valiosos para la parte ofendida, para la parte vulnerable, porque saben moverse en diversos ámbitos legales, históricos, sociales y científicos, llegando a ser claves en la resolución/ judicialización de los conflictos socioambientales, pero solo son los ayudantes de la parte ofendida. También los ambientalistas suelen ser “la piedra en el zapato” de la parte ofensora, motivo por el cual suelen ser identificados, desprestigiados, intimidados, denunciados, encarcelados y desaparecidos. Así suele suceder.

Para evitar daños personales o patrimoniales se recomienda la discreción, la rotación de actividades ante los medios (entrar y salir como en el box), hacer pausas en las actividades tomar vacaciones, mencionar la actividad no al sujeto o empresa para evitar las denuncias, se habla o se escribe sobre la cervecera no de la marca, de la mega-granja porcícola no de la empresa, se tiene asesoría legal para contingencias y se tiene una salida de emergencia.  Es importante identificar plenamene a los aliados con las causas, ya sean colegas, académicos, periodistas, abogados y otros, para generar estrategias de protección. 

Los activistas ambientales son gente valiosa, son gente que hacen lo que deberíamos hacer muchos, son héroes que la población civil deberá cuidar. Los activistas ambientales deben aprender a cuidarse tanto en lo emocional como en lo físico, porque son vulnerables. No se trata de tener miedo, se tata de ser precavidos.

¡Larga vida a los activistas ambientales, venceremos!

viernes, 13 de septiembre de 2024

¿Qué significa vivir en el karst de la península de Yucatán?

 Las sociedades Campechana y Yucateca no saben vivir en el karst, viven como se podría vivir en cualquier ciudad del centro del país, en el derroche de agua, en el consumismo que generan montañas de basura y residuos, contaminando aire, suelo y agua. La sociedad Quintana Rooense está peor, allá la contaminación es mayor e incluye al mar.

En la península de Yucatán se vive muy cerca del acuífero
Las comunidades mayas contaminan menos, mucho menos, sin embargo, lo hacen. Existen casos de alta conciencia ambiental, pero también casos en los que se ha olvidado que la naturaleza es prestada, no posesión. Es por esto que acuñé la frase “Ni los que viven en el karst ni los que vendrán, saben vivir en el karst”.

Les explico, vivir bien en el karst significa tener conciencia de que hay vida arriba, en la superficie, pero también hay vida abajo, en el subsuelo. Lo que hagamos en la superficie repercutirá en el subsuelo.

Por ejemplo, si en la superficie tenemos ecosistemas “naturales” en el subsuelo tendremos agua limpia y los animales que allí viven podrán seguir en su hábitat, en su casa, pero si construimos nuestras casas y echamos nuestros desechos a la coladera, al hoyo, entonces contaminamos el subsuelo. Cuando usamos ácidos como el muriático o el fosfórico estos disuelven, destruyen la roca y se hacen hoyos. Muchos de los productos de uso personal, como el champú o shampoo, contienen substancias que son tóxicas para los animales y para los humanos si las bebemos. Es por eso que debemos pensar que el agua que usamos y contaminamos al desecharla en la regadera, en la tarja, en la alcantarilla la estamos echando al acuífero donde hay vida, donde viven animales grandes, chicos y muy chicos.


Lo que desechamos arriba llega al acuífero

Cuando además de casas hay granjas de pollos, cerdos o ranchos ganaderos, la contaminación puede llegar a ser mayúscula. ¿Qué los necesitamos para vivir?

Por supuesto que necesitamos comer proteína, pero debemos ser cuidadosos con los desechos porque abajo hay vida en los ecosistemas kársticos y porque de allí abajo sacamos el agua que bebemos y comemos, si, porque el agua la ingerimos con los alimentos.

Saber vivir en el karst significa ser responsable por el bien de todos, por eso también necesitamos autoridades responsables que vigilen que TODOS traten sus desechos, desde los hogares hasta las empresas, fábricas, industrias y granjas de todo tipo y tamaño.

Todos contaminamos, pero los más grandes contaminan más, mucho más y a veces de manera irreparable.

Urge hacer conciencia de lo que significa VIVIR EN EL KARST.

Comparte el enlace si lo consideras prudente.